CHINOY EN REVISTA LA NOCHE 122 ENERO

Cantautor, pintor y escritor

“FILOSOFAR ACERCA DE LO IMPOSIBLE
Y SOÑAR DESDE AHÍ”

Por Esteban Laredo

Cerró en diciembre pasado  uno de sus tantos show exposición, mostrando su talante de inquieto creador, pintor expresionista, que se juega la vida en cada trazo, rasguño, alarido y abrazo que imprime en cada tela. Como su voz y música que remece. Una carrera en alza desde los primeros años del 2000, en el Rock Carnaza el 2007 que producía nuestro amigo Pato González en Valparaíso, penetra Santiago con montañas de popularidad, cerrando salas repletas de público como varios cines Normandie, entre otros escenarios. Su vida se revolucionó, su alma creció, con fieles seguidores y ácidos detractores, porque Chinoy gusta o no gusta, no hay términos medios, dice: “Sucede mucho en Chile, algunas veces con comentarios pobres, por ejemplo que me va bien porque soy comunista, cosa que no es cierta, o que estoy donde estoy porque provengo de una familia con dinero. En Valpo viví situaciones intimidantes que me hicieron trasladarme a Santiago, alejándome de la envidia porque no me dejaba pensar bien. Uno va donde te abren las puertas y donde te quieren, buscando el mejor destino para mi trabajo. No buscando el mainstream sino un camino personal del arte”. Lo bueno de Chinoy es que no pesca, que es el mejor camino y se enriela por la reflexión y hacia sus seguidores, dice: “He vivido una vorágine fantástica estos años, aceptando invitaciones a cantar y creando mis propios conciertos, con muchos viajes por Chile, América y Europa. Vivo varias vidas, en Santiago y en Valparaíso, con propuestas que incluyen otros instrumentos y un trabajo musical con mi pareja Lucía Vandick”. El fenómeno Chinoy ha despertado interés en dos planos, por su música y por el personaje, que irrumpe en los escenarios profesionales muy competitivos, con la humildad de un ser provinciano que se abre paso desde el San Antonio profundo, dice: “Es como el Kairós de los griegos, que es aparecer en el momento oportuno con una propuesta en ciernes, yo solo con la guitarra, en el contexto de la aparición de otros cantautores de la Nueva Trova que se dio con Nano Stern, Camila Moreno, Evelyn Cornejo, Angelo Escobar, Kaskivano, Manuel García”. Este cantautor es el ejemplo de ascensión a una cumbre esquiva solo por mérito propio, donde no corren los contactos, las lucas y los intereses creados, sino el talento. Aportando sin duda el personaje y su historia, dice: “Es un espíritu poco común donde se fue dando un sentir leído por una parte de la totalidad y atribuyo el suceso de mi aparición como artista y mi ingreso al mercado chileno como un milagro”.
– ¿Has postulado a un Fondart?
- Sí, pero no he ganado ninguno.
– ¿Golpeas puertas o golpean la tuya?
- Me tocan a la puerta mucho, no se por qué, quizás por la presencia, que es algo desconocido, una manera de hacer las cosas que despierta en la gente algo.
– Uno es producto de lo que se alimenta culturalmente, ¿cuáles son tus alimentos?
- Me alimenté anteriormente a mi aparición artística, de lecturas en bibliotecas, mucha vida a solas en San Antonio, medio mudo al compas de la confianza de leer los momentos. Ahí estuve muy contento con esa situación, porque había encontrado mi calidad como persona, una búsqueda que me dio confianza en la vida, que trasladé al grupo con una nueva vitalidad. Me fui a Valparaíso y me sujeté a la idea de que allá había lugares donde tocar, fui mesero primero y renuncié cuando entregué los curriculum para trabajar en bares y decidí tocar la guitarra.
– ¿Creías ciegamente en tus composiciones?
- Sí claro, en solitario deseché lo atosigador del triunfo creando una verdad propia y me dejé llevar, también aportó el apoyo de otros como Manuel García, con quien tuve una buena onda, que él soñó en su delirio poético un sentimiento que se fue dando.
– ¿Qué le dirías a los músicos que tienen los fantasmas de una escena injusta y que sienten que los ataca?
- El artista es un dialogante que finalmente parte de sus propias convicciones y se orienta hacia la gente, hay que buscar la sensibilidad y filosofar acerca de lo imposible y soñar desde ahí para tener algo que decir.

LA PINTURA MUSICAL DE CHINOY
– ¿Cuál es el sueño de tu pintura, se conecta con tu música?
- Sí, tiene que ver con la música, es una búsqueda donde el arte se trasforma en guía filosófica y emerge tu propia libertad, no tengo una escuela ni academia, es un trabajo íntimo fascinante, el ojo observante que no mira solo el propio esfuerzo, sino que busca sacar parte del inconsciente que va apareciendo, donde del caos interior emerge algo que nos remece sacando lo mejor que tienes.


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