HUGO MUJICA CONVERSA CON REVISTA LA NOCHE 127


POETA, ARGENTINO

“LA VIDA NOS ACONTECE”

En estos días estuvo realizando la conferencia “El saber del no saberse”, en Santiago y Concepción, actividades gestionadas por la U.C. de Concepción y por la poeta y editora Andrea Campos Parra.
El centro de su vida es la poesía como actitud creativa, le interesa el acto creador, afirma: “…es el misterio de lo que no es y de repente toma forma y es algo, no éramos y aparecemos”.
Es también un pensador, escribe ensayos, estudió Filosofía, Antropología Filosófica, Teología, Bellas Artes y pintó por muchos años. Hizo un camino de espiritualidad, realizando un voto de silencio por más de siete años en un monasterio, con esta combinatoria conjuga un lenguaje mezclando estética, pensamiento y mística.

– La poesía pensada como síntesis de ideas, emociones y conceptos, ¿crees se puede reducir aun más la poesía?
– Sin duda hay muchas poesías. Escribí un poema que aspiro pueda leerse en voz alta y no se escuche, porque la perfección en sí, como la belleza en sí, es tan perfecta que no se nota. El silencio es expresión también, cuando uno llega al silencio el silencio habla, pero no es que diga algo, sino que uno percibió algo en ese silencio. Pienso en el silencio originario de cuando nacemos, Aristóteles define al hombre como el animal que habla, pero no es así, porque cuando nacemos no hablamos, lo que sí traemos como facultad es el poder de escuchar y desde afuera la comunidad nos da el lenguaje. Lo más originario es estar abiertos ante una realidad que se da, el silencio es anterior a la palabra para nosotros.

– ¿El ejercicio activo de vivirlo sería escuchar?
– Mi experiencia de esos siete años de silencio, es que uno se vuelve un escucha, porque el silencio no existe, uno dice yo hago silencio, el silencio está ahí, yo no hago nada, dejo que se manifieste.

– ¿Dejas que la vida se te manifieste también?
– Es mutuo, es en ese encuentro cuando la creatividad acontece.

– ¿Qué factores influirían para que se generen esas intervenciones mutuas?
– Yo diría ser vulnerables, dejarse afectar para que nos acontezca, pero entendemos todo como que nosotros somos los hacedores que intervenimos la vida y nuestra voluntad es la que la hace.

– Entonces, ¿no controlamos nuestra vida?
– Pensemos primero que nuestra vida nos fue dada y nos será quitada, si uno piensa que el acto primero y el último no depende de nuestra voluntad, te darás cuenta que vivimos en la ilusión, lo mismo pasa con el amor, yo no puedo elegir el amor, no puedo decir ya que estoy en Chile me voy a enamorar, es algo que te pasa, le podemos decir que sí o que no, somos pasivos ante la vida, con la ilusión de que somos los que la estamos haciendo.

– Pero la comunidad mundial nos está controlando.
– La sociedad está hecha sujeto objeto. El control actual es la técnica, en el medioevo el control era mayor, que Dios te veía y si te miraba sabía lo que pensabas, eso dentro de un discurso eclesial y de poder. Siempre hubo un discurso dominante que llamamos realidad y que va cambiando, eso necesitamos deconstruir, para que tú puedas elegir la vida y no tragarte la vida que eligieron para ti.

– ¿Existe un mundo imaginario que nos salva?
– Sin imaginación la vida sería una chapa y tú serías solo carne y huesos, nosotros encantamos al mundo, el mundo son datos, que tenga sentido eso lo pones tú, vivimos una época de desencantamiento, de la muerte de Dios y esos relatos que emocionaban la vida. Si el hombre no hubiese imaginado se lo habrían comido los leones, porque somos el animal más vulnerable que hay. Sin embargo, alguien imaginó que repitiendo soniditos frente a las mismas cosas se entendía con otros y así nació el lenguaje, que es la tecnología más básica que inventamos nosotros, después a alguien se le ocurrió hacer dibujitos de eso y nació la escritura, constantemente estamos generando estas construcciones para sostenernos en dos patas.

– El tema del pensamiento íntimo contigo, en tu interior, ¿es una conversación?
– Mi apuesta es el olvido de uno mismo y el discurso con uno mismo, porque puede ser eterno, el discurso es eterno, la cabeza funciona siempre como el corazón late, hay que salir de ese lugar, hay que olvidarse de uno mismo. Vivimos en una época narcisista, por eso nuestra ciencia es el psicoanálisis, al cual voy y soy el centro del mundo y le cuento mi problema, pero ese discurso sigue siendo la mente y lo que hay que hacer es alejarse de la mente, buscando otro lugar en uno mismo desde el cual ser.

– ¿Cómo puedes saber que te alejaste de la mente?
– Hay mil tecnologías, todo el mundo espiritual y la meditación, que usa la respiración como verticalidad en contra de la horizontalidad de la mente. Hay formas, la mente va a seguir funcionando pero el foco de tu atención no está más en el discurrir de la mente.

– ¿Alejarse de la mente es otra vulnerabilidad para que la vida nos suceda?
– Claro, el místico es el que logra romper la dicotomía entre sujeto objeto y siente que la vida es él, te sientes una ola pero de un océano.

– ¿Crees que los seres humanos somos dioses y estamos subvalorados?
– La gran carencia de esta época es que perdimos el contacto con la vida, estamos en la funcionalidad del sistema, la grandeza que hemos perdido es poder tocar la vida, lo llamamos haber perdido el sentido de la vida, el sentido de la vida es sentirla, cuando la vida te toca se genera una creatividad con significado y ganas de vivir.

– ¿Siempre fue así?
– Sí, aunque siempre hubo gente que se salió del sistema y son los que generan novedades, ideas, obras, siempre hay gente que en esa malla se sale por un agujero.

– ¿Estuviste en el Festival de Woodstock?
– ¿Viste la película?

– Sí.
– Al principio aparezco junto a mi gurú indú. Para mí Woodstock es el entierro de los 60 y como el sistema se tragó al hippismo y a la contracultura, Woodstock costó diez millones de dólares, que serían unos cien millones de ahora, esa plata no era de los hippies, alguien dijo que bueno esto, pongámoslo en un escenario y nos llenamos de plata. La idea mítica de los 60 en EE.UU., fue que la creatividad y la libertad podían volver, donde la sociedad sajona expresó sus sentimientos, el tocarse fue una novedad para ellos y algo mítico.

– Tu silencio de siete años suscita en la gente un encuentro con el paraíso perdido, la gente ve la libertad que no tiene en ti, pero la pregunta es: ¿si cortan con el sistema para ser libres podrían caer en desgracia y arruinarse?
– Eso te enseñó a pensar el sistema, soy yo o el caos.

– ¿La libertad tiene un costo súper alto?
– Y un premio superior al costo. La libertad es desnudez también, lo que me dio la vida monástica fue desnudarme del sistema, mi maestro los dos primeros años me dijo: Todos los días anda al bosque, –¿qué hago? Le pregunté:– Nada y no reces porque sino vas a sentir que estás haciendo algo. Porque la idea era aprender que la vida está, no sentir que la estamos haciendo nosotros.

– ¿Es posible que eso lo hagamos todos?
– Absolutamente, pero estamos colonizados por un sistema que nos puso a trabajar, la gente está orgullosa de trabajar doce horas, de explotarse a sí mismo.

– ¿Crees que la libertad es un trabajo?
– Sí, yo leo diez horas por día, para mí es muy serio escribir y es un placer, no lo veo como trabajo porque es la concreción de aquello que yo siento como vínculo con la vida.

– ¿Ser poeta es una función en los engranajes sociales?
– Misteriosamente sí, traer a la presencia determinados discursos que no son los que se venden, que no es lo sistemático, ser un testigo del silencio, es rarísimo eso, pero si no hubiesen testigos de cosas que no son las que aparecen en los supermercados, nos olvidaríamos de otras dimensiones nuestras, el artista no es alguien especial, es alguien que hizo su profesión esa dimensión creativa, pero la tenemos todos, y al plasmarla objetivamente suscita en todos ese recuerdo de que todos somos creadores, y la posibilidad de elegir ese camino.
Tiene publicados más de veinte libros y numerosas antologías personales editadas en quince países; alguno de sus libros han sido publicados en inglés, francés, italiano, griego, portugués, búlgaro, esloveno, rumano y hebreo.
www.hugomujica.com.ar

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