ENTREVISTA A CARMEN SORIA, ARTISTA


“LA POLÍTICA ES LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRAS VIDAS Y LA DE UN PAÍS”

Por Equipo La Noche

Su reciente exposición “Pan de vida”, nace de una expresión que también pudo ser texto escrito, pero eclosiona en obra plástica cuando encuentra una línea de trabajo orientada a su propia experiencia de vida, afirma: “La historia se recicla, no me puedo alejar de una parte importante de mi historia y la de este país”. 
Aquella sentencia y el deseo de expresar la enfocó en los niños, aquellos que no pudieron nacer, los niños hijos de desaparecidos, torturados y ejecutados por la dictadura. Fue entonces que se acerca al PIDE –Protección a la Infancia Dañada en Estado de Emergencia–, fundación creada en dictadura y que recibió a estos niños en situación extrema como un colegio con atención psicológica, cuenta Carmen: “La fundación publicó muchos libros con dibujos de los niños y relatos de las sesiones psicológicas. Tuve una experiencia con el hijo de Juanita, una señora que trabajaba en mi casa, llamado Pedro, él desapareció y nunca olvidé cuando la acompañé a reconocer el cadáver, la impresión de esa madre. Justo en paralelo encontré en mi casa unas hormas de zapatos antiguos y recordé cuando entramos a la horrible sala del Instituto Médico Legal y el médico dijo que Pedro recibió más de 18 balazos por la espalda, cuando nos muestran su esqueleto, al lado en un pisito estaban las zapatillas y su polerón y Juanita empezó a acariciar las zapatillas. Eso me quedó marcado”. Carmen comienza a trabajar con las hormas, documentándose en la Biblioteca Nacional leyendo la prensa desde 1967 a 1977: “…para entender qué había pasado, porque yo tenía 13 años para el golpe y 16 cuando asesinaron a mi viejo Carmelo Soria”. Intenta trabajar con fotos de rostros que obtiene en el Museo de la Memoria pero no la satisfacen los resultados, cuenta: “Juanita me dio la clave, los zapatos y sus reminiscencias, entonces empiezo a pintar las hormas y me salen coloridas, a lo mejor para algunos es coherente y para otros no, pero me dio lo mismo, porque de alguna manera el sentido de lo vivido se estaba plasmando ahí”.


¿Que llegue a algunos y a otros no, te es indiferente porque encontraste tu papel expresivo?

– No sé, solo lo hice, necesitaba hacerlo, no sé si voy a seguir haciendo lo mismo, porque fue la primera manera de vaciarme. Lo que rescato, es que algunos cuadros si bien pueden ser dramáticos, lo central es que estaban alejados del negro y del horror. Porque en mi batallar me he dado contra una muralla todo el rato y he salido muy mal de eso, porque te quedas sin respuesta y sin salidas.

¿Eso es la transmutación del dolor en belleza?

– Sí, porque hubo belleza en esas vidas que no están. Y pese a todo, todavía tengo alegría y una manera colorida de ver la vida. La mayor batalla que tienes que ganar para que no te aplasten, es conservar esa belleza, conservar el aliento.

Claro, en esta transmutación recurres a lenguajes y códigos poéticos esenciales y esa esencia emociona.

– Es difícil hablar de arte, no puedo explayarme mucho, es intuitivo, no tengo una educación artística, hablar de esto es difícil porque es nuevo, es parirme a mí misma. Una mañana me levanté y vi la foto de un niño y dije pucha, no está este cabro y empecé a pintar sus zapatos, si a alguien le llega yo feliz, porque se produce una unión y lo esencial en estos momentos es que el otro logre ver tu corazón y la historia.

¿Cómo es la materialidad de tus obras?

– Trabajo género, clavos, tela, fierro, cartón y pintura, recojo muchas cosas de la basura porque no consumir es una posición política, crear cuadros con las mínimas cosas compradas.

¿Qué opiniones has recibido?

– Ha gustado y eso me impresionó, fue la gente del PIDE y les encantó. Estuve preocupada por la imagen que se tiene de mí, que se pudiera pensar que en la exposición se encontrarían con violencia, bronca y oscuridad y no está eso. Mi nombre estuvo ligado a la política, dije cosas que pocas mujeres dijeron y digo mujeres porque fuimos las grandes peleadoras en la dictadura, también los hombres, pero le saco el sombrero a las mujeres en eso. Existe una mirada sobre mí de mujer dura, aguerrida, que va a la batalla y yo tengo mi otro lado, que en esta exposición salió. Hacer estos cuadros fue una sorpresa y fui muy feliz haciéndolos, porque del dolor vivido y que sigo viviendo, encontré un cauce que me dio tranquilidad, fue un cambio de piel. Me he sentido marginada sin encontrar mi lugar en este país, me invento todos los días, el hacer es jodido y me ha costado trabajar. Haciendo estas cajas encontré un nicho y encontré mi casa, un lugar que me otorgué yo misma y ha sido una sanación.

¿Qué pasó con la otra Carmen que va al choque?

– Esa no encuentra el lugar, sigo en el juicio sobre mi padre, estamos ahora en el Tribunal Constitucional. Traté de insertarme en el Frente Amplio y me duró poco la militancia, porque vi un cuidado por no importunar con la verdad, que no era el momento de decir esto o no es la forma, vi un cierto acomodo a lo establecido y eso no me gustó.

A esta altura, ¿eso no debería ocurrir?

– Creo que justamente hay que romper todo lo malo establecido, y hablo por mí, a mis 59 años y peleando desde los 30 años por el asesinato de mi papá, estoy agotada que me digan y se hagan las cosas tibiamente, por eso mi desesperanza en los partidos políticos, existe impotencia, ofuscación y una gran necesidad de buscar otros espacios. He peleado contra un Estado y he visto mucha basura, entonces no les creo, por eso confío más en los movimientos sociales, no me cabe en la cabeza que la Concertación teniendo las dos cámaras no hayan sido culo de cambiar la Constitución. 

¿Somos una sociedad que logró su mayoría de edad?

– No, recuerda cuando salió Bachelet se decía que necesitábamos una madre. Cuando nos menoscaban continuamente, cuando somos el país con mayor depresión en Latinoamérica, cuando somos pésimamente mal informados, con un estrés de la puta madre y somos el que más consume antidepresivos, cuando la gente no tiene vida y se pasa cuatro horas en un puto Transantiago yo me pregunto ¿qué más? Y cuando estamos arrinconados por las deudas, ¿qué más necesitamos?

¿Con este trabajo se abrieron otras ventanas expresivas en lo político?

– Sí, la política es la belleza de construir juntos un país y estos cuadros reflejan esa belleza, la política es vida y aunque los políticos lo hacen fatal, creo en la política antigua, cuando a los políticos les importaba el otro, cuando se hacía un programa pensando en el país, pero hoy los políticos tienen un lenguaje que separa a la gente, entonces hay que recobrar, reeducar y volver a ver a la política en su terminología más amplia que es la construcción de nuestras vidas y la de un país.

¿Crees que hay que hacer distinciones y reeducar a la sociedad en sus grandes tópicos como la política, la economía, la cultura y el amor?

– Si hay algo que trabajar profundamente en los colegios es la cultura a todo nivel, también el amor. Cuando hablo de cultura hablo de la cultura de la vida y también hablo del saber, de lo urbano, de la cultura popular y ahí cabe todo.

¿Cuál es el rol de la política pura en sí misma?

– La política podría llegar a ser muy linda porque es cómo miras al otro, y en eso se une el amor, la economía y la cultura. Todo eso es política.

¿Vivimos la ausencia de la política donde la economía ocupa todo?

– La economía manda a la política y la está determinando, al contrario, debería ser un instrumento sustentable que diera un buen vivir tanto al país como al pueblo.


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