ENTREVISTA A FLAVIA TOTORO EN LA NOCHE 133 ENERO


Pintora cosmopolita con raíces Chile-Mex:
Expone en la Galería Aquí el 21 de enero.

“Los murales y rayados en Plaza Dignidad es un potente museo abierto ciudadano”

Por León Pascal

Flavia Totoro Tauris nació en México en 1964. Sus padres se conocieron en Moscú. Por sus venas corre sangre mexicana, chilena e italiana. Es Licenciada en Arte, egresada de la Universidad Católica de Chile en 1991, especialidad en restauración y pintura. Vivió en México, Chile, Canadá, Trinidad y Tobago e Italia –obtuvo una beca de estudios otorgada por el gobierno italiano de la prestigiosa Academia de San Marco, Florencia–. En el año 2002, decidió establecerse definitivamente en Madrid, España. 
Flavia posee en su interior un ángel de luz. Es dueña de una paz celestial.  Con su voz melosa, saborea cada sensación y palabra que expresa, desde la profundidad de sus neuronas. Irradia una alegría sublime y contagiosa por la vida. Exhala por la piel una profunda pasión por la cultura y el arte, envidiables. Confiesa estar soltera, libre, feliz y que anda livianita por la vida.

CHILE Y EL AUTOEXILIO
– ¿Por qué decidiste autoexiliarte y escapar de “Sudacalandia”?
– Mi padre era funcionario internacional y con mis hermanos vivimos en muchos países. Tengo pasaporte italiano: heredé la nacionalidad por mi padre. Al terminar la Universidad en Chile, estuve becada en Florencia. Como nunca paré de pintar y viví en Florencia, decidí volver a Europa, que están mucho más abiertos a apoyar el arte. Además, conocí una chica española y nos enamoramos: me dijo vente, aposté y partí. Ya llevo 17 años viviendo afuera. 


FLAVIA, LA ACTIVISTA
– ¿Qué sacas en limpio o más bien en sucio, el haber sido detenida en España, en el marco de una protesta contra el ex Papa Benedicto XVI?
– Para mí fue una sorpresa muy desagradable: jamás pensé que en Europa me podía pasar una cosa así. En Chile tuve muchos problemas con la policía, sobre todo por mi hermano Dauno Totoro –emblemático revolucionario y dirigente estudiantil–. Fue justo cuando comenzó la crisis económica en España. Se gastó mucho dinero estatal que no había para la venida del Papa. Y yo comencé a participar con los Indignados, en reuniones y cabildos en las plazas.  Marché junto a un grupo de amigos y vecinos que opinábamos lo mismo.  

LOS HECHOS
“Se me ocurrió pintar un lienzo grande: un retrato de una persona gritando, indignada. No tenía ni texto, ni slogan político: era sólo una cara, que la llevábamos con dos colihues, marchando. Era una marcha legal, autorizada por el Ayuntamiento. Cuando llegamos a la Puerta del Sol: nos estaban esperando las Juventudes pro Papa con sus chalequitos especiales y su fanatismo conservador: tipo evangélicos en Chile. Nos gritaron una serie de improperios. Se originó un enfrentamiento de ambos bandos. La policía de fuerzas especiales española al principio dejó que reinara el caos. Nunca vi a la policía tan violenta como esa noche”.  

– ¿Cómo te detuvieron?
– Iba con mi tela enrollada bajo el brazo, junto a una vecina para retirarnos: estaba la cagada y media, en el Centro Histórico de Madrid. Aparecen cuatro silones españoles y comienzan a pegarnos patadas en los pies, como energúmenos descontrolados. Me doy vuelta con mi tela y le levanto un dedo, los confronto y les digo: “No tienen derecho de tratarnos así, estamos en Europa civilizada”. Me agarran de las muñecas, me golpean y me toman presa: acusada de agresión a la autoridad, cosa que nunca sucedió.  

– ¿En qué quedó todo eso?
– Fue muy desagradable. Un proceso judicial que duro seis años. Me acusaron de atentado terrorista. Lo que me sorprendió aún más es que nos llevaron a la cárcel de alta seguridad de Moratalá. Ahí nos dejaron tres días en un calabozo, en ese infierno. Yo me dije: esto no puede ser, aquí nos van a cagar, fue demasiado autoritario y desproporcionado. Un Horror!!!

LAS TESIS Y EL FEMINISMO
– ¿Qué opinas del rol de las mujeres y los movimientos feministas en relación a la obra artística de Las Tesis creada por cuatro porteñas chilenas?
– Me parece súper impresionante e impactante como ha ido pegando ese bello himno, un sismo contagioso. Las mujeres de diversos países del mundo se congregaron a manifestarse, exigiendo respeto y dignidad. En México, en Europa, en Turquía, etcétera. Me parece fenomenal: las mujeres en este momento tenemos la batuta. Las Tesis lograron ese discurso: “No somos  mujeres encerradas en una casa: somos un grupo capaz de cambiar un país y al mundo”. 

EL ESTALLIDO SOCIAL CHILENSIS

– ¿Cómo percibiste desde España el estallido social  made in Chile?
– Con una admiración enorme hacia nuestro país. Antes del estallido social, los europeos siempre me decían: “Chile es un país pujante, ordenado, desarrollado”. Yo trataba de explicarles que no, que Chile era una burbuja, una olla a presión de pobreza y endeudamiento de la gente, intentando aparentar un status que no existe, que tarde o temprano esto iba a reventar. La verdad es que nunca pensé que el estallido sería a este nivel. 

– ¿Has caminado por la Plaza Dignidad, qué lectura rescatas de los mensajes del sin número de rayados y murales callejeros?
– Fue lo primero que hice al llegar de Madrid. Los rayados y murales callejeros son un potente museo ciudadano. Ahí están plasmadas las demandas sociales con la creatividad, la ironía y el ingenio de los chilenos. Veo conciencia, veo arte, mensajes súper precisos: más allá del “Paco Culiao” o “Renuncia Piñera Ladrón”. Es la manifestación de muchos perfiles sociales: los No + AFP; los estudiantes y sus demandas por educación gratuita; las mujeres y el feminismo; los anti Tag, etcétera. Mucha gente se queja que está todo rayado y destruido. En Apoquindo los bancos y negocios tapiados con láminas de metal, tipo cajas fuertes. Creo que exageran: es como decir estamos “mal”. Creo que la ciudad necesitaba hablar. Leí una declaración del pintor Coco González que decía: “Tanto que se quejan que la Plaza Dignidad está toda destruida: acuérdense de La Moneda que bombardearon y destruyeron, para luego remodelarla”. No hay cambios sociales sin destrucción. Lo material nunca será más importante que los derechos de las personas. Los que se quejan nunca los he escuchado criticando las violaciones o hablar de los mutilados sin ojos: víctimas de las protestas; nunca los he visto criticando a los pacos jalando, golpeando y abusando de la gente pacífica. Hay puntos de Santiago que los dejaría tal cual: serían lugares turísticos maravillosos.

– ¿Qué opinas de los partidos políticos: las izquierdas y derechas chilensis?
– Se quedaron atrás: no están a la altura de lo que está sucediendo. No dan el ancho social, político ni ecológico de la realidad contemporánea. No hay previsión del desastre que se nos viene encima como planeta con la contaminación y el calentamiento global. Los políticos son demasiado cortoplacistas: carecen de visión de futuro. ¡No poseen sensibilidad ni empatía, por y hacia la gente!

CREACIÓN PICTÓRICA Y AMOR POR LOS ÁRBOLES

– En tu exposición titulada “Pehuén” haces un homenaje a las araucarias milenarias: ¿Dónde nace la inspiración artística? 
– Los bosques comenzaron a independizarse de mis telas. Con lo que sucede en nuestra ecología, en este siglo, comencé a interesarme por el respeto y amor por la naturaleza. Los árboles se han transformado en seres, fundamentales: hay que voltear la cara hacia allá, son los seres más antiguos y maravillosos del planeta. Hay un libro maravilloso que se llama: “La canción de los árboles” de Haskell, que me inspiró aún más.  He estudiado mucho sobre las diferentes especies, tipos de hoja, tiempo de crecimiento. Sino tenemos arboles estamos fritos: se terminó la vida en el planeta. La temática para mí siempre ha sido una excusa para perfeccionar la técnica. Los árboles son una quimera de oro: la corteza de cerca o de lejos expresan mapas diferentes, los bosques, el follaje, en fin: es un placer pintarlos. Son magnánimos: alcanzan alturas como la “Estatua de la Libertad”.

– ¿En qué consiste tu exposición que se inaugura el 21 de enero?
– Son unas telas colgantes, especie de visillos, traslúcidas, pintadas en un estilo muy japonés, en acrílico. Están colgados, transparentándose unos a otros, medios neblinosos. Quiero que la gente camine, se desplace como si estuvieran adentro de un bosque, no que lo miren de lejos. 

– ¿Cuáles son tus proyectos futuros?
– Estoy fascinada, participando como alumna en un taller de literatura de relatos cortos (micro-cuentos). Voy dos veces a la semana, con puras mujeres. Encontré otra manera de expresar lo que veo, pienso y siento. 


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