HOMENAJE A LA GRAN MÓNICA ECHEVERRÍA


ESCRITORA, FEMINISTA, REVOLUCIONARIA E ICONOCLASTA

"HÁGANME CALLAR" SI SE ATREVEN 

Texto y fotos León Pascal –entrevista de junio de 2016–

La escritora Mónica Echeverría Yáñez a sus 95 años posee una vitalidad física y mental, envidiables. Bajo su piel de porcelana aristocrática habita el registro testimonial, histórico, político, cultural, social y económico, no tan sólo de Chile, también de Latinoamérica y Europa. 

Profesora de castellano y una de las fundadoras del Teatro ICTUS, acaba de lanzar por Ceibo Ediciones, Háganme Callar, su último libro, una historia autobiográfica que demoró tres años en crear, donde pasa piedra pome para remover el piñen a ocho políticos íconos de la izquierda durante la Unidad Popular, a quienes rotula como “conversos” y “vendidos al dinero, la derecha y el neoliberalismo: José J. Brunner, Eugenio Tironi, Enrique Correa, Jaime Estévez, Fernando Flores, Marcelo Schilling, Óscar Guillermo Garretón y Max Marambio”.

Echeverría está avergonzada, dolida y enrabiada con estos políticos de la vida pública y el mundo socialista, ahora transformados en empresarios, burgueses y ricachones que desertaron de las ideas libertarias y revolucionarias para besar el neoliberalismo capitalista. A estos ocho personajes los conoció en su juventud, cuando se acercaron a ella y su marido Fernando Castillo Velasco, en el contexto de la toma de la Universidad Católica que pasó a la historia con un cartel que duró un tiempo colgado en el frontis de su casa central: ¡El Mercurio miente!

– Haciendo una analogía literaria: estos piratas ideológicos que cuando guaguas se alimentaron de la teta de la UP y hoy, terminaron vendiendo los pañales de hilo, y lo peor de todo, el alma al modelo neoliberal capitalista. ¿Qué les diría Salvador Allende, si estuviera vivo, según tú?
– Es difícil la pregunta. Para mí Salvador Allende es el mártir de una causa que aún en el mundo no se ha logrado aplicar, en la cual el dio su vida. La aplicación de esta idea de socialismo, de igualdad, que pretendía Allende no se ha logrado aplicar ni en países libres. Esto ha creado muchos trastornos para los seguidores del Chicho que deseaban un marxismo, pero con democracia. Allende les diría: traidores, nunca es tarde para luchar!!

– El libro es una catarsis intergeneracional, que hace un necesario juicio histórico, contra personajes que pasaron de predicar la revolución, la vía armada, el modelo popular socialista al alto status económico. ¿Cuál es su mea culpa? 
– Los más sabios políticos con cuero de chancho, de cocodrilo, que yo llamo “los seductores”, saben contestar. O sea Correa y Tironi. Ellos dos son otro tipo de vendidos. Dicen tener la razón, que todo el mundo debiera alabarlos. Estos son más peligrosos que los otros. Trataron de convencerme de que yo estaba equivocada para que no escribiera el libro, me cuestioné muchas cosas, casi lo logran, pero no. –Se ríe–. Hay otros que reaccionaron furibundos, me insultaron por teléfono, me agredieron por mails, de una manera insolente, prepotente, egocéntrica. Hasta sacaron a colación a mi marido Fernando Castillo que era una hermosa persona, no como yo. Claro, como él está muerto y no puede contestarles. 

– Sobre MEO, involucrado con platas de SQM, del yerno de Pinochet, siendo hijo del revolucionario y fundador del MIR, Miguel Enríquez, tu ex yerno, asesinado por el régimen militar, ¿qué opinas?
– Triste. Lamentable. Desolador. Con un padre ejemplar que murió víctima de la represión por seguir consecuentemente sus ideales. Casi le cuesta la vida a mi hija Carmen Castillo, ella estaba embarazada de Miguel cuando lo mataron y quedó herida en el enfrentamiento. Le costó la vida a mi nieto que llevaba en el vientre, se quedó sin sangre, sin oxigeno, por estar mal herida. Imagínate León. Es muy desolador que a Marcos Enríquez se le esté vinculando en eso. Triste. 

– Aparte de los salmones y el baraje de mariscos en Chiloé, ¿Se pudrió Chile?, ¿Cómo volver a tomar el rumbo con un enfoque colectivo y no individualista?
– Es muy difícil y es un tema mundial la sensación de desencanto. Con la carencia de líderes como los de antes. Recuerdo al Ché Guevara que siguieron hasta la muerte, que idolatraron, se vestían y peinaban igual que él, era el símbolo de ellos, un rock star de la política y se olvidó. Como lo es Miguel Ángel Solar, a quien elegí para dedicar este libro. Por su consecuencia en la reforma de la Universidad Católica. El junto a otros estudiantes visionarios se tomaron la U y se inmortalizaron con ese lienzo que decía: “El Mercurio miente”. Miguel Ángel es nuestro Ché, cercano y querido por mí, él no quiso venir a mi lanzamiento: por humildad, no quería que lo aplaudieran, que lo vieran. El se entrega brutalmente a los pobres anónimamente. Es un gran ser humano. Nadie se acuerda de él, yo sí.


– ¿Eres una feminista revolucionaria iconoclasta?
– Jaaa, me gustó. Sí, soy súper feminista y contestataria: he luchado siempre contra las injusticias. En eso soy revolucionaria. Nací cuando las mujeres no tenían derecho a nada: ni a voto, ni a fumar puros, estaban encerradas en sus casas o en los conventos.  

– ¿Cuáles son las cosas que nunca vas a callar, que no vas tranzar?
– Chile tiene una capacidad para tapar la pobreza y la desigualdad sin parangón. Es muy de este chilito de mierda. No hay otro país donde se esconda tanto las poblaciones y a los pobres. Al turista le muestran esta ciudad supuestamente pujante, bonita, ordenada y con gente tan trabajadora. Qué bien viven:  todo lo que tienen. No saben nada, no ven nada. Comparo la realidad con países que conozco y he vivido como Venezuela y Brasil. En Río de Janeiro ves las Fabellas frente a los grandes hoteles y las paradisiacas playas. A los ricos la pobreza les está diciendo: miren lo que hay aquí frente a sus felices ojos, acá estamos nosotros. En esos países es posible que se produzca la rebelión. En cambio aquí, nos tienen convencidos que los pobres no existen, que no hay desigualdad. No hay conciencia. Reina el consumismo y el egoísmo.

– ¿Cómo podemos re encantar a los jóvenes con la política?
– Es muy hábil la oligarquía, a la que yo además pertenecí y conozco desde adentro. Es de una astucia. La peor, la más nefasta burguesía oligárquica de Latinoamérica: esa es la chilena, la nuestra. Nos vamos a tener que saltar toda una generación, que es la generación que está en el poder, que está lucrando, que están felices. Han hecho todo lo posible para no soltar el mango del sartén. Antes había una Universidad de Chile pública, estatal, maravillosa, que cuando entrabamos los y las ricachonas como yo, ahí nos dábamos cuenta que habían otras clases sociales. Cuando entré el pedagógico me cambió la vida. Pero eso hoy no existe: todos tienen un auto, los sirvientes tiene un auto para que se sientan felices, un celular, una televisión que los adormece. Es muy difícil que suceda el cambio. No hay cuestionamiento. Se perdió la pasión. Aparentemente.

– ¿Qué opinión tienes de la bancada joven: Boric, Vallejo, Cariola, Jackson. No terminarán aburguesados y vendidos al modelo económico que todo lo compra?
– Difícil y complicadísimo: no hay nada más atrayente que el poder y el dinero. Me da miedo: es muy fácil embaucarlos y corromperlos. Bueno...ojalá me equivoque. 

– ¿A quién más habría que pasarle la piedra pome para sacarle el piñén, que nombres se quedaron afuera?
– Se quedó a fuera medio Chile –jajaja.. se mata de la risa–. Debería escribir unos 10 tomos más... este es el grupito que nos rodeó, a los que me refiero en mi libro, que nos embaucaron en política y que después se dieron la vuelta de carnero. Es tan fácil corromperse, no sólo en Chile, en el mundo: Inglaterra y Francia, países en los que viví y conozco tan bien. La lucha por un cambio va a ser muy complicada, pero creo que nunca hay que perder la esperanza.

– ¿Qué futuro tienen los libros y la literatura, en la era de las redes sociales. Tienes Facebook, Whatsapp, Twitter ?
– Para nada, pero me tuve que meter, para contestar a quienes me atacan cobarde y vilmente. Al parecer habrá un juicio legal contra mi libro y espero que sean muchos más. Me enteré de esto por Facebook. Los periódicos literarios impresos y las revistas intelectuales de pensamiento que eran importantes para nosotros murieron. A Tironi se le ocurrió que lo mejor para la transición, era aniquilar los medios de comunicación, como Análisis, Apsi, Cauce, La Época y Hoy. Tironi las aniquiló, una vergüenza. Y este fue el ideólogo de la Campaña del No. Un horror. –rin rin. Toca una campanilla para que nos cambien los platos, se ríe y dice: Es el reflejo de los modales de alta burguesía... se mata de la risa–. He pasado por todas, una etapa de bienestar en el mundo de la oligarquía, otra de muchas dificultades y otra etapa de entusiasmo por la Unidad Popular, ahora estoy en una etapa de mucho pesimismo. Hay una arremetida de la derecha capitalista horrorosa. “Poderoso caballero don dinero”, como decía Quevedo.

– ¿Cuál es tu próximo proyecto literario?
– Jajaja. No puedo quejar de trabajar. Tengo una idea latinoamericana, quiero escribir algo ligado a Perú. Y hacer una biografía. 

– ¿Cómo te gustaría que te recuerde el pueblo chileno?
–  Lo que más me gustaría, antes que pasar la agonía de un asilo, es que me maten por odiosa, pero nadie se atrevió. Lo intenté en dictadura. Hasta le pegué con una cartera a Ricardo Claro, él fue quien pagaba los sueldos a la Dina. Estuvo muy bien hecho. –Se ríe–.

– En el tema Derechos Humanos, aún estamos al debe. ¿Por qué no hemos asumido este tema?
– Dí una batalla tremenda hace un año y medio, contra un famoso militar que por desgracia llevaba mi apellido: el capitán Echeverría del Regimiento Buin, culpable de múltiples asesinatos y que no han querido tocar. El Ejército no ha sido realmente enjuiciado y castigado como se debería. Ellos fueron la base de la represión y siguen incólumes ocupando importantes cargos. Un asco, una vergüenza.

– Despídete con una frase.
– Siempre hay esperanza, activa, vital y en ejecución. Y está en la unión de los jóvenes con ciertos viejos sabios, con garras, comprometidos con Chile. Hay que abandonar a toda esa clase media vendida y dejarla que se hunda en su propia mierda humana. Viva Chile y la libertad de expresión. 

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