ENTREVISTA AL ESCULTOR EDUARDO ECHEVERRIA EN REVISTA LA NOCHE


“Siempre se dice que los delincuentes son los cabros que tiran piedras, pero los verdaderos delincuentes son los de cuello y corbata”

Por Jaime Piña

El estallido social y la pandemía no han hecho más que exponer el difícil mundo que vive la cultura y el arte en particular. Modificadas las prioridades, el arte ha quedado en una estratósfera donde levitan miles de artistas, ante la indolencia de un mundo que radica valor a las cosas y donde se salvan solo los que tienen o han acumulado capital, nos cuenta el gran Premio Museo Nacional de Bellas Artes 1979: “Somos una clase extraña para el resto de la sociedad, la gran mayoría no tiene ni donde caerse muerto, pero ahí estamos y seguimos trabajando, porque nos apasiona. Tanto es, que agarré mi cama y me fui a alojar al taller que está en el Parque Mahuida, para pasar la cuarentena”. 

Es un artista experimentado con una nutrida trayectoria, premiado en la Exposición 100 años MNBA 1980 y el Primer lugar en la categoría Instalación de la Bienal de Valparaíso 1981. Es claro y directo, nos juntamos a tomar un café cuando aún era posible y conversando vi fluir de su mente miles de ideas, que ha ido dejando plasmadas en diversas exposiciones, como el Zenith Art & Fashion Miami, USA 2019; su participación en la Feria World Art Dubai 2019 y en la Cepal, Nairobi, Kenia 1985, entre otras muestras.

Ha incursionado en la pintura e instalación con distintos materiales, dependiendo de lo que quiere expresar es el material y el soporte que usa. Ha trabajado panties rellenas con aserrín en los 70 y hoy está centrado en una escultura figurativa y a tamaño natural. Si bien venía trabajando la figura humana de manera poética y conceptual, con el 18-O hizo un vuelco hacia una escultura más política en términos contingentes, con personajes actuales en sus peores y mejores facetas.
Cree que las personas no tienen muy claro el concepto entre la escultura y la estatua, por lo mismo realiza una propuesta con una serie de personajes que apuntan a una nueva estatuaria chilena, comenta: “Si pensamos en la estatua a Manuel Baquedano, que está en Plaza de la Dignidad, fue un reconocimiento al militar más duro, que planeó la toma del Morro de Arica y que ejecutó el coronel Pedro Lagos, cuando Baquedano fue general en jefe y llegó con el ejército hasta Lima. Además participó en la pacificación de la araucanía con su visión militar asesina. Éste tipo de estatuaria convirtió en héroes a quienes han aplastado a otros”. 
Si hubiese que inventar una propuesta para la Plaza de la Dignidad, Eduardo haría un monumento que incluyera a miles de personas, que sea una parte de las concentraciones que allí se viven, dice: “A Baquedano en su caballo lo pondría abajo mirando este monumento, que es un monumento a las personas, si quieren poner a otros personajes de la historia de Chile bien, pero todos abajo. La gente arriba, porque somos nosotros, la gente, los que nos sacamos la cresta por este país”.

Las críticas de Eduardo apuntan al hecho histórico de que nunca una Constitución fue redactada por la ciudadanía y que fue hecha entre cuatro paredes, también propone una revisión de la historia, tanto en lo que respecta al nombre de las calles y a las estatuas que tenemos, cuenta: “Están ahí solo porque tuvieron poder. La reformulación estatuaria que propongo, instala a los dignos y los indignos. En mis actuales trabajos está el guatón del gas, un héroe maldito perteneciente a verdaderos carteles mafiosos de empresarios. También está la mujer encapuchada como el David ante Goliat para salvar a su pueblo, también el empresario que se siente todo poderoso, que cae a un pozo séptico, al water de su propia mierda. Es una estatuaria que pone al empresario en una ridiculización verdaderamente meritoria y no como un gran príncipe. La gente me dice que no ataque a los empresarios porque ellos dan trabajo, si lo primero que hacen es llevarse la plata fuera de Chile, interesándoles solo su bienestar, este es un país muy rico, si fueran generosos viviríamos como en Suecia, ellos sin duda se merecen estos homenajes al ridículo”. 

Es una estatuaria que no los instala en una dimensión heroica, prosigue: “En la plaza principal de Cuzco, muchos años hubo una pileta en homenaje a la conquista española, luego los cuzqueños decidieron sacar a estos personajes y poner a un Inca, un personaje de ellos. Nosotros deberíamos tener personajes de nuestra propia realidad, levantar homenaje a los mapuches, a Víctor Jara, a Violeta Parra, a los que realmente han construido este país, no levantar a estos personajes en un caballo como si fuese Napoleón, algo copiado de Europa. Chile debería empezar a tener su propia identidad, Perú, Bolivia, Argentina la tienen, la identidad se reemplaza por los dueños del país. Por ejemplo la escultura a Patricio Mekis en Tenderini, es extraña porque ha habido más de doscientos alcaldes”.


¿En qué momento creativo, laboral, te encuentra la cuarentena?
Trabajando en esculturas de fierro, lo que llamo La nueva estatuaria, en la figura de una haitiana que está desnuda por la vida, caminando por este país, buscando un trabajo con su desnudez, enfrentando la vida como es. Una figura humana de un metro setenta, representante de los migrantes, es joven, con el rostro de una chica guapa, en eso estaba cuando me pilla la pandemia. Si bien estuve encerrado en mi departamento de la calle San Diego, pinté e hice esculturas con alambre, jugando un rato.

¿Cómo pilla esta pandemia a los artistas?
La verdad es que nos pilla súper mal, porque si bien soy partidario del movimiento social, el arte fue lo primero que se resintió, la gente siempre va a seguir comprando pan y con esta pandemia es el artista el que cae, nosotros no tenemos ayuda de nadie al final, porque entre comillas no somos productivos y como no somos una pyme, no nos prestan plata a cero interés, somos una cosa rara dentro de la sociedad, no tenemos absolutamente nada. 


¿De qué precariedad estamos hablando?
Mira, se hizo un catastro de todos los artistas y las condiciones en que vivimos y es paupérrima, muy triste, en general el 90% no recibe más de 300 lucas al mes, con suerte. La realidad del artista es bien dura, a menos que te dediques a hacer decoración o a satisfacer el ego a terceros. Es muy difícil, incluso a los pintores más importantes les cuesta vender, Chile es un país que no tiene una cultura fuerte en el mercado del arte. Comparado con Lima, ellos tienen un tremendo mercado, se hace Art Lima que es una súper feria, más otras dos o tres ferias en el año, a las que van galerías y gente importante, porque existe un coleccionismo, el peruano es coleccionista, así como el colombiano, acá no hay coleccionismo, son re pocos, por ahí algunos dueños de bancos, pero muy poca gente. 


EL CAMINO RECORRIDO

Eduardo se inicia en el arte el año 77, en el Instituto de Arte Contemporáneo, donde estudió dos años, con Milán Ivelic, Gaspar Galaz, Gonzalo Díaz, cuando estaba en Román Díaz a una cuadra de Providencia, antes de instalarse en la Plaza Mulato Gil. Pasado un tiempo trabaja en el taller de Mario Irarrázaval en Peñalolén. En el Instituto de Arte Contemporáneo estudia las especialidades de pintura y dibujo, grabado y escultura. El 82 obtiene una beca de los Amigos del Arte para ir a España, trabajando ahí con Sergio Castillo, taller donde aprende metal, fierro fundido y soldadura. Luego de un año y medio ingresa al gran taller de cerámica que realiza los murales de Joan Miró, a quien conoce.

¿Qué hacías ahí?
Entré como ayudante, quería aprender esa técnica, no la alfarería, sino más las piezas escultóricas y murales que diseñaba Miró y que su equipo realizaba. Después pasé por Chile y viajé a Lima, Perú, donde viví varios años haciendo escultura. Trabajos que debí suspender para criar a mis cuatro hijos, dedicándome al diseño cerámico en la empresa Cordillera. En Perú trabajé escultura en madera, de las cuales más de cien circulan en Lima, casi todas en colecciones privadas, realizando exposiciones individuales y colectivas.


¿Qué otros viajes y estadías has tenido?
Durante los últimos tres años he estado yendo por seis meses a trabajar a Estados Unidos, primero a California a un par de galerías que trabajan conmigo en San Francisco, a una galería en Miami y este último año a Nueva York, pintando, haciendo escultura, visitando museos y el mundo neoyorkino.

¿Cómo son esos viajes, trabajas allá, llevando herramientas y materiales?
Tengo las herramientas de un taller que tuve en San Francisco, que después trasladé a Nueva York, eso porque tengo una casa rodante que tiene una cama y el resto es taller. La compré en Los Angeles y estuve tres temporadas viajando a California y en la última temporada me cambié a Nueva York, en el fondo soy un nómade que viaja y crea.


¿Cómo se produce el viaje y la venta de obras?
En la comercialización participo en ferias de arte en pueblos que voy recorriendo durante los veranos, en California nunca estuve seis meses detenido en un lugar, voy viajando y trabajando, es una forma de vida gitana. La recepción es muy buena, no hay nada que decir de los gringos en ese aspecto, son receptivos con el arte, pagan y te permiten moverte. He hecho exposiciones en la calle, en San Francisco está la calle Valencia que es bohemia, donde expongo mis esculturas, que son grandes, me respeta la policía y la gente que asiste a los restaurantes me comenta que maravilla que haga arte, no como en Chile que te persigue la policía y te quitan las ganas.


¿Cuéntanos de tu experiencia de conocer otras realidades artísticas comparada con la de Chile?
Creo que el arte chileno en los 80 fue bueno, con el boom económico de los 90 se volvió un arte muy complaciente, un arte que tiene que ver con el confort. De alguna manera la sociedad chilena de un día para otro comienza a tener mucho dinero, apareciendo los compradores que en los 70 no existían, con el boom de la democracia hay una explosión del arte, que parte siendo muy interesante, con el new wave, con la transvanguardia, pero que poco a poco se va aburguesando y copiándose a sí mismo, muy de complacer al comprador, un arte de decoración, en los 90 deja de ser un arte crítico. 


¿Por qué tendría que haber sido crítico en los 90, por qué debe ser crítico siempre?
El arte tiene varias funciones, es un lenguaje que tiene que estar siempre renovándose, no digo que siempre tiene que ser político, la crítica no tiene que ver con la política, tiene que ver con no autocopiarse, es decir, he encontrado este camino y fórmula que me está llevando al éxito económico y me quedo ahí, y no solo uno sino grupos y tendencias completas, entonces para qué voy a cambiar si me está yendo bien. Yo pienso que el fundamento del arte es crear lenguajes y eso es caminar por un abismo, por lo mismo se quedan en sus espacios de confort y siguen en lo mismo, sin jugárselas. Los grandes artistas han sido personas que se han estado renovando, creando lenguajes y movimientos.

¿Crees que sería la muerte del arte, si los sectores oligarcas o mercantilistas dejan de poner dinero en proyectos culturales?
Hace unos días subí la escultura que te mencioné, de un personaje que está colgando sobre una letrina, este personaje es de la CMPC, y está en una letrina porque tiene que ver con el papel confort, lo puse en Facebook y me bloquearon, ahí te das cuenta que estamos absolutamente manejados, podemos hacer críticas verbales porque se las lleva el viento, pero una escultura es algo que permanece y molesta a cierta sociedad o a la extrema derecha. No les gusta que se rían o cuestionen a personajes que para ellos son dioses, como en este caso, uno de los hombre más rico de Chile.

¿Qué ganas con eso, podrías ahorrarte problemas?
Siempre se hace el juicio de que los delincuentes son otros, pero sabemos perfectamente quienes han delinquido durante estos últimos 40 años, los cuales tienen nombre y apellido y han terminado descaradamente siendo los dueños de todo Chile, desvergonzadamente comprándose a los políticos, transformándonos en una sociedad corrupta. Cuando viví en Perú, siempre tuve la idea de que era un país corrupto, estuve cinco años y lo comparaba con Chile y me di cuenta que no lo son tanto como nosotros, lo que pasa es que aquí tenemos un doble estándar.


¿No te preocupa echarte encima a esos viejos poderosos?
No. Porque yo hago arte. Primero que todo esta gente nunca me ha comprado y nunca me va a comprar, no es mi público y en segundo lugar creo que la responsabilidad que tiene el arte es denunciar. Como lo que mostré en la Galería Cal el año 79 y también en el MNBA, con las panties rellenas de aserrín que eran los cuerpos de los detenidos desaparecidos, así como otro trabajo cuando me gané la Bienal de Valparaíso. Siempre he estado con una mirada crítica a la sociedad. Mostrar como estamos colapsados como país, siempre se dice que los delincuentes son los cabros que tiran piedras, pero la verdad, los verdaderos delincuentes son los de cuello y corbata, los robos más grandes los han hecho los milicos, los pacos, los empresarios que son dueños del mar, del agua, de todo. Este país se lo repartieron entre un grupo de amigos.


¿Cómo ves la polaridad ideológica que se nos viene, el arte tendrá un rol?
Este país, dado los acontecimientos está perdido, el gobierno no quiso escuchar la realidad, de hecho hoy está todo más caro, en vez de ayudar a la gente le siguen poniendo más carga.

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