EL PINTOR LUIS HIDALGO BASTIEN, CONVERSA CON REVISTA CULTURAL LA NOCHE
ACERCA DE SU RESIDENCIA EN PAF, (PERFORMING ART FORUM), EN SAINT-ERME, FRANCIA
“La pintura es una búsqueda”.
Por Jaime Piña
“Soy un hombre feliz”, podría decir Luis
–que no es poco– pero eso queda corto porque sobrepasó ese límite y lo ha
expandido más allá. “Soy infinitamente
feliz”, sin embargo esto no lo dice él, lo digo yo, al observar la
expresión que deja ver en cada sonrisa y gesto luminoso conquistado con la residencia
vivida en Francia durante enero y parte de febrero 2022, de la que arribó hace
unas semanas.
Tiene 52 años y reside en Santiago desde 2017. Llegó de Concepción destacándose inmediatamente por la creación de colectivos, que en su particularidad apunta a temáticas específicas, comenta: “Siempre se han creado colectivos, pero las temáticas específicas es lo novedoso, como el proyecto colectivo ‘Asuntos del agua’, realizado junto a artistas de la Región del Biobío, el año 2013, derivando de este concepto el proyecto ‘Pulso de agua’”, afirma.
Es precisamente con este proyecto que logra la residencia en Francia, nos
cuenta Luis: “Junto
al pintor chileno Javier Aliste presentamos ‘Pulso de agua’ a PAF –Performing
Art Forum–, ubicado en la localidad de Saint-Erme, entre Laon y Reims. Bueno, fue
Javier quien me ayudó a buscar un lugar donde poder hacer una residencia en
Europa, él tenía este dato y presentamos el proyecto que quedó clasificado a mi
nombre”.
FELIZ AÑO NUEVO
La historia es muy buena, porque justo llega el 31 de diciembre en la
mañana a Paris, a buscar alojamiento en forma inmediata, tema complicado por lo
particular de ese día, en plena ciudad luz. Como chileno aperrado encuentra un
hostal con camarotes colectivos, cuenta: “…costaban
una barbaridad, pero era necesario para poder vivir ese año nuevo y entender
bien todo lo que se me venía más adelante”.
HASTA HACE POCO, EUROPA FINANCIÓ A SUS ARTISTAS
Sus vivencias en Francia y observando las libertades de Europa, le dieron una
perspectiva mayor sobre el proceso de cambios que vive Chile, como la nueva Constitución redactada por un grupo heterogéneo que no responde a patrones
políticos conservadores ni economicistas, comenta: “La Constitución se está creando para beneficiar a quienes necesitan ser beneficiados
hoy. Todos los sectores quieren una tajada de la torta, por lo mismo lo que me
interesa a mí es que se otorguen derechos y financiamiento a los artistas, que es
algo que países europeos sí hicieron y por eso en estos momentos tienen un
desarrollo artístico elevadísimo y un gran respeto por las artes, porque le
otorgaron en algún momento planes de financiamiento a quienes el Estado creyó
lo necesitaban. Europa ya está dejando de hacer eso, pero hay países que
quieren retomarlo. En Chile muchas personas en las plataformas están peleando por los derechos de los artistas, pero a eso debería sumarse el financiamiento. Surgen cada vez más artistas y no tenemos cómo
financiarlos y las galerías no lo hacen, finalmente tienen que realizar otros
trabajos para vivir. Los países europeos potenciaron a sus artistas para crear
obras y obtuvieron como resultado, una consciencia social de valoración al arte
y a sus artistas”.
CAMBIO DE PLANES
– ¿Cuéntame de la residencia
y de Saint-Erme?
– Es un viejo pueblo agrícola fundado en 1117 que tiene un antiguo
monasterio y varias iglesias.
– ¿Ahí se encuentra PAF?
– Sí, en el antiguo monasterio que tiene una capilla con maravillosos
jardines y alimentación solar, otra onda. Es una súper fundación que es
visitada por artistas de diferentes nacionalidades, PAF ha reconstruido y
restaurado el monasterio de Saint-Erme y es dueño de una parte de él. Bueno, ellos
recepcionaron la propuesta que envió Javier, pero desafortunadamente él no pudo
viajar, porque Londres, que era la primera escala, exigía tener la vacuna
Pfizer. Finalmente esa escala se hizo en Madrid, desde donde viajo a Paris para
luego Reims y posteriormente a Saint-Erme, donde cuento con una habitación por
30 días, para estudiar, trabajar o hacer un retiro relacionado con al arte. Mi
tarea fue hacer un proyecto que tuviera que ver con Pulso de agua, pero como no fue Javier mi plan cambió.
– ¿Cuál fue ese cambio?
– Investigando el pueblo y su historia, apareció otra temática que me
motivó y terminé desarrollando un trabajo con la técnica del frottage, sobre
los soldados de la Primera Guerra Mundial que fueron desfigurados o perdieron
parte de su rostro. En muchos lugares existen restos de la primera y segunda guerra,
de hecho el monasterio fue hospital en la primera y comando alemán en la
segunda, ahí se ven impactos de bala por fusilamientos, frases en alemán
y grafismos. Me encuentro con cementerios de soldados en honor a sus mártires.
Eso fue lo primero que me impacta y cambio mi rumbo.
LAS LOCURAS CREATIVAS EN EL
MONASTERIO
Luego de ocho días en Paris, Luis llega el 8 de enero a las ocho de la
tarde a Saint-Erme. Una encantadora chica italiana que es parte de la
administración de PAF lo recibe, le pide la documentación del Covid, que en
total sumó nueve PCR realizados durante su viaje. Las fuertes exigencias se deben ante los muchos antivacunas que circulan y que usan medicina alternativa.
– ¿Cómo fue tu incorporación a PAF y la interacción con los otros residentes?
– Me instalo en la habitación que me destinaron, con las tres telas que
llevaba sin terminar que concluí allá. En PAF durante los 30 días realizo diez obras sobre tela que quedaron repartidas en Francia.
Cuando propuse sacar la historia de los muros a través del frottage, se
sumó inmediatamente Carolina Lemos, que es una médica y artista portuguesa residente
en PAF. Esa interacción fue posible como parte de la residencia. También participé
en otras instancias, tocando música con artistas holandeses. Del mismo modo
trabajé con creadoras belgas en una operación radial experimental que ellas
tenían, compartí mis voladas experimentales electrónicas con otros músicos e
hicimos cosas en conjunto.
– ¿Cómo fue la comunicación considerando
la dificultad del idioma?
– Tienes que comunicarte como sea, sin saber francés ni otros
idiomas, me comunicaba a través de Google Translate, el teléfono fue una
maravilla, ellos también lo hacían. Fue un chico de Nueva Zelanda quien me dice
en inglés: “Mira, utiliza esto” y empezamos a conversar. Al rato terminamos
hablando en alemán, jajajaja.
– ¿Qué sucedió ahí?
– Lo que causó impacto fue lo hecho con Carolina, trabajamos un afiche
donde se mostraba un muro, pero lo interesante fue la instalación que hicimos
con elementos súper precarios, en un supermercado cercano compré hojas de papel
bond y utilicé los pasteles que llevé, barniz, laca y pinturas de ferretería para
sacar la idea y con eso hice una instalación de arte que quedó la raja.
– ¿Esto fue en una sala de
exposiciones o en el taller que te pasaron?
– Los talleres se pueden usar como sala de exposiciones, son espacios
calefaccionados, los muros son súper viejos, no es una galería a la chilena con
los muros blancos. Lo habilité con focos, pusimos música y nos apropiamos del lugar
hasta convertirlo en una sala de exposiciones, muestra a la que se sumaron las
chicas de danza y los chicos de música.
– ¿PAF fue parte de un proceso que se expandió a Paris?
– Cuando me fui de PAF, estuve en Paris cuatro días, ahí me junté con
Jorge Orellana Benado, que es un contacto del artista chileno Pixelart, con
quien nos hicimos amigos. A Jorge le encantó mi pintura y se comunicó con la curadora
Sara Malinarich de MSB Curators y aceptan mi obra. En esos días visité galerías
y quedaron distribuidas todas mis telas. Asistí a una fiesta donde me recibió el
agregado cultural mexicano Misha Vaylon, que es el escritor de “Moi Frida”, un
libro que está topísimo en Paris, en el que descubre algo muy importante que
tiene que ver con Violeta Parra. Cuando llego a esa fiesta me encuentro con
todo un mundo de mexicanos, el único chileno entre mexicanos era yo, había
además españoles y franceses, quienes me recibieron muy bien. Lo interesante es
que volví a contactarme con Philippe y Misha, a quienes conocí en Concepción y
que me compraban pintura el año 2013, porque tenían una galería de arte, ellos
llevaron mi obra a Japón.
CONTACTO CON CHILENOS
En la fiesta se referían a él como "Maestro Hidalgo", luego fue
invitado al hotel Regina, de cinco estrellas, al lado del Louvre y del Museo de
Artes Decorativas, comenta: “Me trataron como
rey, Philippe y Misha me prometieron buscar una galería antes de julio, porque
se van en agosto a México. Posteriormente Jorge Orellana Benado me lleva a la
plaza Saint-Michell, que es el lugar donde están los latinos. Ahí el chileno de
Los Ángeles Alejandro Sagas, maneja un centro cultural que me ofreció para
exponer”.
Siguiendo con las relaciones, Jorge Orellana Benado también lo contacta
con Gustavo Bocáz, un chileno que maneja una galería en Paris, para exponer durante julio, cuenta: “Es un lugar interesante ya que mi muestra será precedida por el grupo Respect, en el que estará Pixelart y que será un intercambio cultural de Street Art. La idea es que a través
de estas actividades, la Sala de Arte Mackenna en Santiago, también se beneficie
como parte del circuito de intercambios culturales”.
– ¿Conociste a otros chilenos?
– Estando en PAF se comunican conmigo desde Chile, Katherine Hrdalo, Pancho Salas, Felipe
Vilches, Mario Soro y Leo Lobos. En voz de Katherine Hrdalo recibo el dato de
uno de los directores de La Maison du Peuple, Jorge Reyes, chileno que reside en Bruselas,
una corporación cultural que busca la forma de financiar a artistas plásticos, sean chilenos o belgas. Como lo mencioné, hay países que no están beneficiando a
sus artistas hoy, antes se les daba el sueldo mínimo, mil doscientos euros para
pasar el mes, en Francia también fue así.
EXPONER Y EXPONER
Cuando Luis le muestra sus pinturas a Jorge Reyes, de La Maison du
Peuple, éste le comenta: “Luis, ya las
conozco, hagamos una exposición tuya en Bruselas”. Propuesta que convierte
su viaje en todo un éxito, en 40 días logra concretar tres exposiciones a futuro, cuenta
Luis: “Es maravilloso, hice una
exposición en PAF, dejé mis pinturas en Francia, concreté una relación con una
curadora, visité galerías donde gustaron mis experiencias digitales, fui a
museos, logré ver a los maestros de la pintura in situ. En este viaje perdí el
miedo”.
– ¿Miedo a qué tenías?
– A la pintura…
– ¿A lo que pasa en Chile,
que uno vive paranoico?
– No, en Chile buscamos cómo hacer el monito más bello para venderlo.
Perdí el miedo y terminé olvidando eso, jajaja. Aquí estamos condicionados
también por las galerías, que se basan en el esteticismo y en la copia de algo
que te quedó bien hecho, entonces ese algo lo tienes que
repetir y repetir y repetir, jajaja, en Chile sucede eso.
– ¿Cuál fue el contrapunto
que viste de eso, por qué te llamó la atención?
– Porque allá los museos tienen a los artistas que inventaron las técnicas, con más de cien años, al ver un Delacroix, un Monet, te das cuenta que resolvían todo. Es diferente ver una pintura en una lámina de un libro o en una pantalla, porque llegas a un nivel de acercamiento donde no aprecias los detalles o con la destreza que hizo la obra. Por ejemplo, soy un enamorado de Georg Baselitz y cuando fui al Pompidou tuve la fortuna de encontrarme con una exposición suya en vivo, todas sus pinturas en salas enormes, su obra es gigantesca, de 4 por 6 metros, él ve la decadencia del hombre tras la Segunda Guerra Mundial, fue el primero que en la composición ubicó al hombre al revés, de ahí vienen las búsquedas de varios latinoamericanos. Cuando estuve al frente de su obra, me di cuenta que pintó hasta con los pies, que hay corchetes, pelusas y pedazos de pincel pegadas y no están al azar, le importaba más la obra que la técnica o la perfección o el esteticismo con el que quedara, sin embargo es una obra maestra. Entonces, al ver y entender ese tipo de cosas, me cambió el esquema. A mi llegada a Chile tenía obras que yo pensaba estaban incompletas y ahora las publiqué como terminadas.
– ¿Qué opinas del mundo artístico
de instagram, es un espejismo o se ve reflejado el verdadero arte
contemporáneo?
– No, –se pone serio Luis–, voy a ser majadero, las galerías en el
mundo se basan en dos tipos de curatorías: la europea y la norteamericana, que obligan
al artista a que repita lo mejor que hace y lo inducen a pegarse en ello, pero
en lo que respecta a la pintura, para mí sigue siendo búsqueda y eso lo ves en
los impresionistas, en los fauvistas, en los post impresionistas y eso no ha
dejado de ser lo importante. Entonces, cuanto vas al museo y ves la obra en
vivo, te das cuenta de que todo lo que está sucediendo en el mercado artístico
vale callampa. Que lo más espiritual, lo puro, es volver a la búsqueda, en ese
sentido terminé resolviendo que los artistas vivimos en un sistema donde nos
explotan con lo mejor que hacemos y seguimos pegados en eso y no
cambiamos en nada.
– Eso es un trabajo de las
escuelas, siempre te enseñan que la experimentación enriquece al arte y a la pintura, ¿haces una critica al mundo de la pintura chilena?
– No, para nada, yo estoy descubriendo…
– Digo, ¿desde el punto de
vista de la manipulación que tienen las galerías?
– Claro, para poder vivir obviamente y yo he tenido que hacer lo mismo. Pero al llegar a la residencia y enfrentarme a desarrollar una técnica sin materiales y lograr una instalación que jamás había hecho a través del dibujo y el frottage, que
salió bien y fue aceptado, me quedo reflexionando sobre todo por las
recomendaciones que recibí, de mostrar en Paris lo que libremente pinto. Me
querían comprar todos los dibujos y yo dije no, preferí dejar las pinturas. Hice
en esos días cerca de diez pinturas en las que trabajé como chino y me gané el
respeto de toda la gente de PAF, porque me levantaba y me acostaba pintando,
eso no se ve allá. Sigo siendo un espectáculo, el niño showman, jajaja.
– Buena, ¿te diste cuenta que
estabas bien en lo tuyo?
– Estaba feliz, por haber estado en Paris y visitar sus museos, eso alimentó
muchísimo mi capacidad creativa para llegar y enfrentarme durante los días que
estuve en PAF, a hacer cualquier cantidad de obras, amistades, relaciones
públicas, amigos, viajar.
– ¿Te dio confianza en ti
mismo?
– Sí, siempre estuve en lo correcto, que la búsqueda es lo correcto,
que no hay que copiarse a sí mismo, mira, yo puedo mandar a imprimir toda mi
serie de insectos y firmar abajo y quizás ganar mucha plata con eso, pero ya
murió esa serie, debe haber otros caminos, si alguien me obliga a tener que
volver a esa serie para poder entrar a una galería yo no sé qué haría, ¿me
entiendes? Uno dice basta.
– O sea el crecimiento fue
de felicidad y confianza.
– Sí, felicidad porque tengo 52 años y allá las mujeres se fijaban en
mí y aquí no, porque aquí soy un viejo culiao y allá era un hombre interesante,
por ser artista y estar ahí.
– ¿Cuál es la valoración del
artista en Francia? Porque en Chile es prácticamente un marginal.
– Se valora lo que tu piensas y haces, la investigación que realizas en
base a un objetivo de trabajo, el artista es un ser importante. Me tocó conocer
a personas de diferentes partes del mundo, a los mexicanos les decía yo soy
pintor y de pronto me decían maestro Hidalgo, me hacían sentir como un capísimo
y yo les decía, soy un obrero del arte, jajaja, no me gusta el término maestro.
– ¿Lo de obrero del arte es
porque tú trabajas diariamente en eso y que no podrías vivir sin pintar?
– No podría vivir sin la consigna de ser un obrero del arte, que es una
persona sujeta a un patrón que lo lleva y le da órdenes, ese patrón es mi
mente, un estado que me permite ser más humilde y en la humildad uno va
creciendo.
– En relación a las personas
que te conocieron allá y te dieron posibilidades de futuro, ¿qué les dirías?
– Todo mi agradecimiento, lo pasé magnífico con ellos, personas
cultas, son muchos, incluso un chofer que me mandó mi prima para recorrer el Paris nocturno y conocer todos sus lugares, como las galerías
cerca de la casa de Víctor Hugo. En PAF hice muchas amistades importantes, podría mencionarlos a todos pero sería una lista interminable. Por otra parte también percibí, que mucha
gente cree que los chilenos somos sudacas, que escuchamos reggaeton y cueca,
que tomamos vino y comemos empanadas, sin embargo se dieron cuenta que yo era distinto, que
me gustaba la música concreta, la clásica, que tocaba piano y batería, que
escribía. Un día me preguntaron si podía hacer una instalación para una danza y
ayudé a la creación de un diseño para esa performance. Proyectamos una montaña
con sillas donde los chicos bailaban entre medio.
– ¿Fue tal cual lo
imaginaste o sobrepasó tus expectativas?
– Las sobrepasó, imagínate que antes de irme yo creía en el abismo, estaba en la pintura medio impresionista, tratando de buscar la línea horizontal del paisaje e indagando en diferentes técnicas. Sigo en eso, pero yo iba con una mentalidad romántica y no me refiero al romanticismo del amor, pero cuando llego a Paris valoré las artes decorativas, el neoclasicismo, las invasiones de Napoleón, entre otras experiencias.
– Romanticismo en la línea de que se inauguraron nuevos sentimientos que se pueden traducir en plástica.
- Claro, la pomposidad de Place Vendôme, ver la casa de Mozart, sentirte ahí. Cuando viajas puedes pensar que has leído mucho, pero estar ahí y ver el impacto de bala en ese muro, una cruz que indica que ahí murió un soldado o estar en la catedral de Reims, de Laon, donde hay sepulturas y esculturas del año 400, así como ver en una iglesia un órgano de 400 años, te cambia la vida.
De cierto modo es concluir el análisis que comenzó con mis lecturas anteriores, fue una experiencia de investigación fenomenal. Visité tantas iglesias que conocí su matemática constructiva, donde encontré mi número angélico, el 890, que fue apareciendo en mis pinturas. Con el me siento protegido por Dios y por los ángeles. Cierra Luis Hidalgo Bastien.
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