JORGE CEREZO CONVERSA CON REVISTA LA NOCHE ONLINE
El artista visual y académico expone “Estudio de Campo”/ sábado 22 octubre / 19.30 hrs. / Av. Simón Bolivar 1846 esquina Manuel Montt / Ñuñoa.
“Me interesa la obra in situ
como ritual performático chamánico”
“Siempre
he estado en la calle, mi obra es política, social y trata de recuperar
espacios invisibilizados”.
Por Jaime Piña
El mito de ser el primero o el mejor para lograr objetivos es eso: un
mito. Lo que vale hoy es ser distinto, diferente, único, y Cerezo lo es.
Cumplió con los rigores de salir del liceo y ser un reincidente permanente en la academia después de titularse, como profesor de artes visuales constituía sus estudios de magíster y doctorados con el objetivo de seguir reflexionando sobre el quehacer de la obra de arte y su relación con el paisaje, el país y su destino. Construyó los lineamientos de una carrera en la Universidad Austral de Valdivia formando estudiantes o colegas como le gusta decir a él. Realizó una
obra visual de connotación social en los ochenta, fue contemporáneo a grandes
figuras del arte nacional y hoy funde esa trayectoria en un nuevo long play
llamado “Estudio de Campo”: once serigrafías que reinterpretan poéticamente su
historia y la transmutan a una nueva realidad.
“Me gusta hablar del sentido
común desde la perspectiva Gramsciana, –afirma Cerezo–, donde pensar se hace desde la vivencia, en
el sentido de reflexionar filosófica y estéticamente acerca de lo que está
ocurriendo y colocando acento en los relatos de la micro política y las subjetividades de los cuerpos individuales y colectivos que habitan este paisaje, es importante poner en valor esos relatos que la clase política, la clase social o la comunidad no han
hecho”.
CLIENTE PROVEEDOR
Ese sentido común hoy en boga reducido a marcar una opción de
moderación, dista de lo que a Cerezo le importa, cuenta: “…reflexionar la vivencia del panorama apocalíptico de la escasez de los
recursos naturales que están siendo devorados. Una población endeudada que no
tiene salud, educación, donde todos nos hemos convertido en sujetos de consumo.
En la academia sucede, los profesores no son agentes transformadores, los
estudiantes se han convertido en clientes y los profesores en empleados que
prestan servicio y por lo cual se les paga, ahí hay un quiebre muy potente”.
LA PRIMERA CAJA DE
HERRAMIENTAS
Nace en Santiago y su infancia transcurre cerca de Club Hípico con
Carlos Valdovinos en San Miguel, actualmente Pedro Aguirre Cerda. Barrio que se
convierte en su patio, su cancha y el lugar donde se inicia, relata: “Mi primera caja de herramientas fue el Pozo
La Feria, posteriormente convertido en un basurero metropolitano, un barrio
azotado por la dictadura, lo que significó un quiebre familiar importante. Recuerdo
perfectamente siendo un niño ver en el gran televisor Westinghouse de mi
abuela, el bombardeo a La Moneda, recuerdo la voz y el relato de los
periodistas que transmitían esa escena”.
Parte de esa experiencia inicial mantiene vasos comunicantes y
nutrientes con el trabajo que desarrolla posteriormente en su vida. Para Cerezo
su familia fue la base fundamental, su abuelo fue Masón Rosacruz, por lo mismo
en su casa existía un pensamiento liberal de izquierda y el modelo de sujeto
que esa familia quiso construir fue el de un sujeto comprometido con el otro, cuenta
Cerezo: “…las primeras herramientas
fundamentales fueron mis padres, entendiendo que mi padre nacido en el seno de una familia asturiana, tenía negocio de pescadería en el Santiago de a mediados del Siglo XX y mi madre fue hija de inmigrantes sirios, árabes, nacidos en Homs, los
que escaparon a sus quince años de la Primera Guerra Mundial junto a mis
abuelos”.
“La vida es una experiencia
de sobrevivencia permanente –afirma Cerezo– y
si le sumas que uno habitaba un espacio intervenido por un aparato corrector,
formativo direccional, primero estuvo la sobrevivencia espiritual y animal. Me
hace sentido cuando Duchamp dice que todos somos artistas y la relación entre
arte y vida van de la mano. Por eso el parque temático el Pozo La Feria fue mi
caja de herramientas, ese basurero fue mi primera escuela para después
construir un discurso al interior del diseño y el arte”.
– Y si hubieses nacido en
Las Condes, ¿te imaginas algo distinto?
– Si hubiese nacido en el núcleo de mi familia habría sido el mismo,
educado bajo una concepción ética, humanista, democrática, de una cultura comprometida
con el otro, donde no solo es el individuo sino es la sociedad con la cual uno
camina y desarrolla un proyecto de vida en conjunto.
– ¿Te gusta el sistema?
– No puedo estar de acuerdo con un sistema o una Constitución –sea de Pinochet
o de Lagos–, que no contemple aspectos sociales y que solo sea comercial, donde
los individuos son clientes. Entonces no me gusta este sistema capitalista,
tampoco me gusta el sistema comunista, porque si me gustase el sistema
comunista, que nos den pasaporte chino y nos convertimos en la última nación de
ultramar de China y se acaba el problema. No nos hemos hecho cargo del país
donde queremos vivir. Sí me gusta la social democracia, los países donde el
Estado tiene una función importante, donde los privados tienen algo que decir,
también las cooperativas, todos pueden trabajar en conjunto con el Estado, pero
estamos radicalizados como clientes en un proyecto neoliberal donde se instauró el "sálvese quien pueda y como pueda".,
AQUELLOS “ÁNJELES NEGROS”
(Sic)
Estudia diseño gráfico en el Instituto Superior de Comercio en los 80, con
la sabia de académicos provenientes de la escuela de diseño de la Universidad
de Chile, que después pasaron al Instituto Profesional de Santiago, hoy UTEM.
En paralelo Cerezo comienza a trabajar en el colectivo de arte llamado
“Los Ánjeles Negros”, citando al grupo musical liderado por el gran Germain de
La Fuente.
Posteriormente estudia pedagogía en arte en el Pedagógico hoy UMCE. Luego
hace un magíster en artes visuales en la Universidad de Chile, con profesores
como Eugenio Dittborn, Gonzalo Díaz, Sergio Rojas, Francisco Brugnoli, Federico
Galende, Francesca Lombardo, entre otros académicos de excelencia.
SOBRE LA EXPOSICIÓN “ESTUDIO DE CAMPO”
– En las once obras que
expones se resumen las instalaciones performáticas que realizaste hace varios
años, ¿cuéntame de eso?
– Sí, en una de las serigrafías presento lo que se hizo en Blanco
Encalada con República, donde estaban los servicios de seguridad del régimen,
ahí hubo una pegatina de rostros llamado Careo de Chile, donde participa Pedro
Lemebel, Luis Alarcón –Zapallo, de Galería Metropolitana– y grupos de punkies
que circulaban por la ciudad. Otra serigrafía sucede en el Pozo La Feria, se
llama Territorio Triple Equis. Otra en la autopista de alta velocidad El Sol,
que cruza la casa de la familia Riquelme, terreno que no pudo ser expropiado y
la autopista se proyecta sobre la casa mientras ellos siguen viviendo ahí.
También está un trabajo en Matucana 100 llamado Irresistible, donde banderas de
Chile hechas de hielo se derriten y caen a una canaleta, metáfora de un Chile
licuado. Está el trabajo realizado en la galería de arte de la Universidad
Complutense, que conecto con el trabajo de ocupación que se hizo en el Museo de
Arte Contemporáneo de Valdivia. Otro trabajo es Santa o Puta, realizado por el
colectivo Los Ánjeles Negros, en homenaje a las mujeres detenidas en la cárcel
de mujeres, inaugurando la democracia entre comillas de Patricio Aylwin.
EL RIZOMA INTERCONECTADO
– El evento “Estudio de
Campo” dura un día, el sábado 22 de octubre, con invitación abierta al público,
¿eso es un punto de partida para un registro o es en sí mismo?
– Todos los trabajos citados han ocurrido en un día, a una hora
determinada y es un modus operandi de obra, o sea una obra donde la comunidad
participa in situ. El evento del sábado 22 se registrará y ese material va a
servir para un trabajo a futuro, siguiendo el rizoma de conexión entre obras.
SU ETAPA DE FORMACIÓN EN
ESPAÑA
Reside en España tres años, estudia en la Universidad Complutense de
Madrid, hace cursos de doctorado en arte, pintura y técnica, cuenta: “Fue una experiencia potente en el campo de
la investigación y en el campo pictórico”.
Profesores de la Complutense lo invitan al encuentro “Recorridos”,
donde conoce a Alberto Chinchón, performer y artista español; a Miguel Muñoz
Palancares, ambos integrantes del Grupo PAN, colectivo que trabaja la
performance en Madrid y el espacio ibérico en Europa. Con ellos construye un
proyecto colectivo en el taller de Eduardo Martínez Bonatti, importante artista
chileno español, que fue uno de los precursores del grabado tecnológico llevado
al espacio urbano, como el paso bajo nivel de Diagonal Paraguay, proyectado por
él y otros arquitectos.
Posteriormente realiza otro doctorado en humanidades en la Universidad
Carlos III, con la especialidad en historia del arte, cuya tesis fue sobre el
arte y accionismo en Chile, desde el año 70 hasta 2013. Ahí conoce a Iñaki
Estella, curador de Casa Encendida, que en el 2000 se proyectaba como un
curador de excelencia.
LA ACADEMIA Y LA DIRECCIÓN DE
LA ESCUELA DE ARTES VISUALES DE VALDIVIA
El 2004 Cerezo vuelve a Chile y se inserta en la Universidad
Tecnológica Metropolitana donde junto a Mauricio Vico, investigador de la
gráfica y el cartel chileno, comparte cátedra. También con Cristián Gray,
profesor de dibujo experimental a quien conoce cuando estudiaba diseño,
personas que le dieron la confianza en el trabajo del campo de las artes.
El 2007 postula al cargo de Director de la Escuela de Artes Visuales de
la Universidad Austral de Valdivia, proyecto liderado por el artista plástico Ciro
Beltrán, cuenta: “El 2007 asumo la
dirección de esa escuela por dos periodos hasta el 2013, después soy
coordinador de la misma escuela y luego director de instituto y una vez
terminado ese periodo vuelvo a ser académico. En los años de la pandemia retorno
a Santiago porque la familia también retorna. Del periodo en la Universidad
Austral guardo grandes enseñanzas, creo que fue un tiempo de excelencia”.
LA TRANSMUTACIÓN ALQUÍMICA
– ¿Cómo ves la transmutación
del arte hacia la belleza?
– Ahí está la alquimia del artista, sujetos que en su espacio íntimo
pueden conjugar las poéticas, los elementos, la técnica y entregarla a una
comunidad.
– ¿Cómo utilizas los
formatos expresivos para realizar tu obra?
– Cuando te instalas en los formatos de la alquimia, uno entiende que
todas las técnicas son una paleta de colores. Me interesa el grupo de la Bauhaus
que trabajó con las herramientas del artesano como el fuego, el agua, conjugando técnica y estética y en ese cruce produjo obra. Yo trabajo en el espacio público y
privado la instalación, con fotografía, video, pintura, grabado, herramientas técnicas
que unidas a la esencia del artesano generan una simbiosis que produce obra.
– Pero es una obra efímera
que dura poco, donde el registro es la eternidad.
– Sí. Me interesa la obra in situ como ritual performático chamánico,
que es la ocupación de un espacio donde se convoca a la comunidad, se hace
comunión y esa obra queda solo registrada en una cápsula que después se entrega
a cada una de las personas que participaron y se hace ese ejercicio de
reflexión de sentido común filosófico de proyección, no somos consumidores, no
es una ostia como si fueses consumidor del cuerpo de Cristo.
– Luego de Valdivia vuelves
a Santiago para realizar un trabajo plástico que culmina en "Estudio de Campo".
– Sí, después de hacer un trabajo de investigación y ocupación del
espacio público de 1980 al 2007, entro a la dirección universitaria de una
escuela de arte, reflexionando que es bueno que un artista se haga cargo de la
formación, con una malla curricular que contenga competencias para que los
alumnos tengan una relación directa con sus comunidades y con el medio, que
tengan un correlato con el espacio de donde ellos vienen y viven.
Al volver de Valdivia y en medio de la pandemia veo que hay un material
de registro que engloba una suerte de historia del arte contemporáneo, con los
Ánjeles Negros, Las Yeguas del Apocalipsis, con Pedro Lemebel y Pancho Casas, con
Gonzalo Rabanal, con El Piano de Ramón Carnicer, con el Grupo de Luxe, con Pato
Rueda, la revista Lautaro Parra, la Blondie, con Trauko, entre otros. Uno es
parte de una generación y todo ese trabajo estaba sobre la mesa y me propuse
ponerlo en valor, entonces llamo a un gran artista que es Jaime Piña, y con él
vamos a la alquimia y empezamos a construir una visualidad sobre un tiempo y
una poética. El trabajo de "Estudio de Campo" es también un ejercicio de
recuperación poética de un espacio tiempo, donde a las personas que uno invitó
y fueron parte, se van a poder ver.
“Estudio de Campo” instala en valor a una generación que produjo una
obra en el espacio urbano invisibilizado y que se reconecta simbióticamente. Por ejemplo con Cacho Vásquez, gran músico y líder del grupo punk Corazón
Rebelde, cuando nos encontramos conectamos inmediatamente porque vivimos esos
tiempos convulsos de la dictadura, él produciendo música en París con sus
casetes que todos bailábamos. Es fundamental conectar con los colegas de los
diferentes campos de la producción para poder construir un país más digno ante
lo que se ve en el horizonte. Concluye Jorge Cerezo.
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