CONVERSANDO CON ROBERTO GUERRA, DEL MUSEO VIOLETA PARRA, EN LA NOCHE 138



PRESIDENTE DEL DIRECTORIO DE LA FUNDACIÓN MUSEO VIOLETA PARRA

 

“NO SE PIENSA PARA OTRO, SE HACE CON EL OTRO”

 

Para el 2023, la fundación implementará por primera vez una convocatoria anual de programación que busca fortalecer la participación de la comunidad en el quehacer de la institución.  Una  iniciativa  será  “Tu  calle,  tu  plaza”,  que busca  identificar  espacios,  parques,  plazas y calles que llevan el nombre de Violeta Parra, que serán georreferenciados en una publicación  conjunta con la Universidad de Chile.

 

 Por Equipo La Noche

“Violeta es el resultado de su tiempo”, comenta Roberto, sentado en el sillón más importante que le ha tocado ocupar y en esa reflexión también se ve a sí mismo, porque él como muchos debió sortear infinidad de circunstancias adversas que lo forjaron. Es un gestor con más de 30 años de experiencia en cultura, que también fue capaz de formarse con lo que tuvo a su alcance, comenta: “Violeta hizo de su vida un acto creativo: fue cantora, recopiladora, investigadora, pintora, arpillerista, escultora, realizando una enorme contribución a la cultura popular, al comprender mejor el Chile profundo, convirtiéndose en una maestra de generaciones”.

 


UN GESTOR CON CONOCIMIENTO DE PRIMERA FUENTE

Recibe la designación de la Ministra de las culturas Julieta Brodsky. Asume en abril de 2022, como presidente del directorio del museo, representando a la ministra, dado que es una corporación de derecho privado, que recibe aportes del Estado en su calidad de institución colaboradora con el Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio.

Con vocación de trabajo en comunidades, ha conocido el país de norte a sur y recorrido la mayoría de los países de Latinoamérica, conociendo de primera fuente la historia de Violeta, comenta: “Su llegada a Bolivia fue muy destacada por la prensa de la época, presentándola como ‘la gran folklorista chilena’, cuando llega a La Paz, trás los pasos de Gilbert Favre. Allí participa de la Peña Naira con Ernesto Cavour y Alfredo Domínguez de Los Jairas, Nilo Soruco, Los Choclos, entre otros. La canción Run Run se fue pa’l norte quedó como testimonio de ese amor”

En su infancia, Roberto es miembro del coro de la iglesia, acólito y después participó en grupos juveniles en la entonces comuna de Barrancas. Tuvo el ejemplo de su madre, que organizó un voluntariado de mujeres para colaborar en la ayuda social post terremoto. Esto motivó su vocación social y política, siendo más adelante presidente de su centro de estudiantes y comenzando a organizar actividades culturales y crear organizaciones, instancias que van conformando su relación con lo que más adelante se denominaría gestión cultural, comenta: “Nuestra sociedad de la época no comprendió la profundidad de lo que estaba haciendo Violeta, su vocación de amor por Chile, por sus tradiciones y la tarea titánica que realizaba. Ella entendió que hacía falta una universidad del folklore, que intentó hacer en la carpa de La Reina, así como recuperar el canto campesino y se lanzó a recorrer los campos, recopilando ese folklore que podemos disfrutar. Era una mujer de acción, cosa que admiro profundamente”. Roberto está convencido que tenemos que reconocer a los artistas en vida, comenta: “Es importante que esta lección no quede en el olvido y reconocer en vida a las Violetas que hoy trabajan anónimamente a lo largo del país”.

 

– Sus últimas canciones, fueron creadas con un dolor profundo y antes de ser obras dramáticas las transmuta en belleza.

– En su obra musical pareciera que hay espacio para todo: el amor y el desamor, la crítica social, las luchas populares, la cultura popular y todas, las expresó con maestría. Y claro, canciones como Maldigo del alto cielo, Volver a los diecisiete, Gracias a la vida, son de una belleza estremecedora, profundamente chilenas, pero también profundamente universales. Quizás por eso su canto se esparció por el mundo y la podemos escuchar en cualquier país de América Latina y Europa. Es la maravilla del vuelo poético de Violeta.

 


La vocación cultural de Roberto madura en su adolescencia en La Florida, en tiempos que la gestión cultural no existía, comenta: “Hacíamos de todo y pese a la precariedad de esos años, las actividades se concretaban, todos aportaban lo que tenían, eso tiene un valor en sí mismo que no se puede perder”.

Pasado el tiempo le tocó dirigir la Corporación Cultural de Recoleta, donde entre otras iniciativas creó el homenaje musical Mil guitarras para Víctor Jara que cumplió diez años”.

 

– Al hacer gestión sin recursos, ¿había que hacer de todo?

– La mayoría de las veces y eso no solo por las condiciones, sino porque la gestión cultural requiere de diversas competencias específicas, en el ámbito teórico y metodológico, pero también, de saberes prácticos, relacionados con el hacer. Ambas dimensiones son indispensables

 

– Si no se conjugaran todos esos factores en una persona, no se hubiesen hecho muchas cosas que sucedieron en este país.

– Claro, porque las cosas no pasan solas, siempre hay alguien que las hace, quien impulsa los procesos. Ahí lo clave está en la participación, en que lo que se quiere hacer, finalmente no se piensa para otros, sino que se hace con ese otro, te comprometes. Y ese es el vínculo teoría/práctica, pero también entre el decir y el hacer.

 

– Volvamos a la Fundación, ¿en qué plan está?

– En un proceso de fortalecimiento institucional. Queremos que el museo sea un espacio abierto, en diálogo y colaboración con las organizaciones sociales, culturales e instituciones y con una fuerte presencia internacional. En eso estamos trabajando, a través de la firma de convenios y el desarrollo de proyectos con diversas instituciones amigas. Destacaría la convocatoria anual de programación, que permitirá presentar propuestas de actividades a realizar durante el 2023.

 


– Con respecto al museo, ¿está dividido en dos espacios, uno en el Mac y el otro en la Católica?

– No, es importante aclarar eso. Luego de los incendios del museo en febrero del 2020 en el marco del estallido social, comienza un periplo del museo por el CCPLM y el CEINA, para recalar finalmente en el MAC de Quinta Normal, donde actualmente se encuentra funcionando, hasta que se reconstruya el museo en su antigua ubicación.

www.museovioletaparra.cl / Facebook: Museo Violeta Parra / Instagram: Museo Violeta Parra / robertoguerra@museovioletaparra.cl



 

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