EL PINTOR RICARDO PARRA CONVERSA CON REVISTA LA NOCHE
Inaugura “Estudio de Campo”, con texto y curatoría del académico y artista visual Jorge Cerezo, el miércoles 2 de agosto en el Instituto
Chileno Norteamericano de Cultura. Moneda 1467 / entre Amunátegui y San Martín.
“ELEGÍ EL CAMINO DE LO
DIFÍCIL Y AHÍ ENCONTRÉ LAS RESPUESTAS”
“Siempre
he pensado que el arte debería estar en la canasta familiar, sería genial y
maravilloso para todos los artistas”.
Por Jaime Piña
Es un santiaguino con profundas reminiscencias sureñas, de donde
proviene su familia: la Octava Región. Su padre fue el único entre diez
hermanos y una hermana, que se instaló en Santiago. El abuelo paterno perteneció
a la última generación de mineros de Lota, por lo mismo tiene la nostalgia
maravillosa de aquella casa, ubicada en un antiguo barrio de Coronel, que
recibía una cuota de carbón piedra con la que alimentaban la antigua cocina de
fierro, espacio de encuentro familiar donde se hacía de todo, comenta Ricardo: “Recuerdo
a mi abuelo trabajando en la mina y a varios tíos que no se casaron en mucho
tiempo, por lo mismo me trataban como a un hermano chico. En esa casa se
coleccionaban muchos libros con los que crecí, material que compraban
proveniente desde Argentina, que traía un visionario señor que tenía una librería cerca
de la Plaza de Armas de Concepción: obra gráfica, italiana y argentina. Los veranos fueron
maravillosos, pasaba de diciembre a marzo en esa casa y cada vez que la
visitaba había una biblioteca distinta, renovada”.
A sus tres años, unos tíos que volvían al sur desde su casa en Santiago,
lo raptan sin permiso a modo de broma, cuenta Ricardo: “Casi llegando a la octava le
avisaron a mi vieja que me buscaba desesperada en Santiago. Yo estaba en
acuerdo con ellos, de hecho le mandaron una carta. Estuve harto tiempo en esa
casa, después reconocí a mi abuela como una segunda mamá, ellos me adoptaron como al hermano
chico de la camada”.
Para Parra, sumergirse en la patria verdadera que es la infancia, en la
búsqueda de las reminiscencias que marcaron sus emociones primarias, es el
intento por verificar el origen de los códigos que se reflejan en su obra, en
este caso, aquella casa sureña, cuenta: “Aún conservo el gusto por el papel de los
libros. Hoy no me satisface leer por Internet, compro libros y tengo ese gusto
por la biblioteca. Cuando llegaba a esa casa iba a las estanterías, donde se
guardaban las copas, que estaban llenas de libros y revistas, desde Mampato
hasta la Playboy, y tenía acceso a todo sin censura”.
EL DESARROLLO DE LAS OBRAS
– ¿Magazines, revistas?
– Sí, fue una introducción a la lectura, porque hay personas a las que
les cuesta mucho entrar a la lectura, sobre todo porque los libros que te pasan
en la básica son muy fomes y no te seduce leer, sin embargo partiendo con un Mampato,
no te das cuenta cuando estás devorando libros.
– Me haces pensar que las
reminiscencias de los libros en nuestra generación y las anteriores se ha
cortado, porque muchos jóvenes hoy no leen libros, leen en el computador, es
una generación virtual, ahí se puede perder una conexión, un cordón umbilical
con el estímulo de la creación.
– Sí, se pierde toda esta magia que tiene lo análogo, en los libros y
la música. Ahora la inmediatez se produce cuando los músicos sacan un single,
con un tema y lo promueven. Cuando era chico los grupos se encargaban de hacer
un álbum conceptual, había un trabajo y un desarrollo increíble, era una obra,
no se entendería escuchar un solo tema de Pink Floyd, escuchabas el disco
completo con un concepto maravilloso y así muchos grupos, como los Beatles cuando
hicieron Sargent Pepper, desarrollaron una idea maravillosa. Con el tiempo me
di cuenta que en el oficio no es lo mismo hacer un tema que un álbum completo,
porque en ello ves un desarrollo y este amor a lo análogo tiene que ver con
eso, te enamoras de la lectura, de la música, de los conceptos donde se logra
un desarrollo.
LA CULTURA DEL
ENTRETENIMIENTO
– De alguna manera la
modernidad, desde el vinilo, el casette, el cede y luego las descargas, generó
un desarrollo, pero comercial…
– Esa es la inmediatez, ahí no se disfruta como cuando vas a una feria
de cachureos y encuentras un vinilo que tiene una historia, donde te imaginas la
historia, esa carga emocional mágica que tienen esos objetos muere con lo
digital, con lo fácil.
– Si vamos más atrás, la música
era en vivo, frente al músico, donde el público se llevaba la emoción para su
casa y era personal, luego inventaron esto de encapsular la música. En este
proceso he reflexionado acerca de lo análogo y lo digital, pensando que se están
perdiendo puentes y conexiones. Entonces uno se pregunta: ¿quién está detrás de
todo esto?
– El mercado gobierna. Sin embargo hay que hacer una diferencia entre los
grupos que desarrollan conceptos, versus lo que está pasando ahora con el
single que sale al mercado, a un mercado del entretenimiento. Que no es lo
mismo cuando se crea una obra, que igual se vende y está bien, porque ojalá que
a todos los artistas nos vaya bien, pero en el mercado del entretenimiento no
hay una profundidad mayor, porque son obras sin trascendencia.
– Alguien está moviendo los
hilos y lo sabemos, están manipulando los puentes comunicacionales, entonces ¿qué
tendría que hacer el artista, en ese caso, no para vencer el sistema, sino para
generar una diferenciación donde el espectador diga, ah, bueno, esto no es de
mercado, no está prefabricado, esto no es un negocio, aquí hay verdad?
– No estoy en contra del negocio, es como se mueve la máquina. Todos
compramos materiales para pintar, el punto es ¿qué obra quieres hacer tú como
artista, que tenga un concepto y un desarrollo y que a la larga sea tan
atractivo para que lo compren? A mí me parece que no está mal vender, mientras
no hagas algo banal que sea solo para el mercado del entretenimiento y que
busque solo la venta, creo que ahí no hay una trascendencia mayor. Hemos visto tanto
músico del entretenimiento, también hay pintura del entretenimiento, hay muchas
personas que están pintando igual, donde no hay mayor trabajo y profundidad. El
pintor Francis Bacon dijo alguna vez, que llegó un momento en la historia donde
se puso a la pintura en jaque, porque al querer ser abstractos el pintor se
puso decorativo. O sea la mayoría escogió el camino fácil.
– ¿Mutó hacia lo decorativo
porque era más fácil?
– Claro, Bacon decía, justo en ese momento donde tuvimos todo para
poder hacerlo, la mayoría se fue para el lado fácil, entonces cuando reflexioné
sobre eso, instintivamente me dije, la respuesta no está allí, sino en el
camino más difícil y por ahí me fui para encontrar las respuestas.
– ¿Eres un animal de lo
difícil. Finalmente lo más difícil de alcanzar es lo que tiene más sentido?
– Sí, porque es lo menos popular. Ahí vas a encontrar la pincelada de la
originalidad, porque el camino fácil lo va a hacer la mayoría.
– Cuando te instalas en el
desarrollo de tu obra, ¿Cuál sería el ejemplo de ese camino difícil?
– No soy muy consciente de eso, sigo una especie de viaje, que es parte
de una motivación interna invisible, que creo ciertas personas tienen, que no
es la motivación del ciclo del dinero, aunque sí me gusta ganar dinero, no es
mi motivación principal, es una motivación interna que me empuja a crear en el
vacío y estar haciendo, creando, pintando o rayando. No me he cuestionado mucho
eso, a veces trabajo y pasan varias horas antes de darme cuenta que hice algo
bueno y me digo, guau, hice algo bueno.
– Tengo la sensación de que puedes
manejar distintos planos, distintas técnicas y más encima chasconear la pintura
para que se vea casual.
– No soy tan estructurado, me gusta lo casual y eso tiene que ver con
el error, que le da una cierta fluidez a la obra y un carácter espontáneo, que
también está en la naturaleza. Una vez conversando con un escultor, él estaba
observando un árbol y me dijo, fíjate en cómo están dispuestas las ramas, en un
planeta que tiene gravedad, viento y variadas influencias, sin embargo a todas
las ramas el árbol les dio una solución para seguir hacia delante, soluciones que
no son casuales, pero uno piensa que es casual. Es tan espontáneo eso que no se
vé.
– Como las combinaciones que
se dieron en la tierra para generar la vida, nada fue casual.
– Claro, todas las formas, las rocas, las conchas, tienen que ver con
las características del planeta, la fuerza de gravedad, como se mueve alrededor
del sol, como el sistema solar viaja a través del universo, todo tiene un
movimiento cíclico, todo eso genera formas en la naturaleza de la tierra.
– Cuando observo la lógica
de los sistemas orgánicos de la naturaleza, siento que no se trasladan a los
sistemas orgánicos de la sociedad, en lo económico, en lo sociocultural, en la
igualdad, ni menos a la política…
– Hemos destrozado cualquier conocimiento que nos quiso entregar la
tierra en forma gratuita, todo ha sido bajo las ambiciones humanas, que no tiene
consciencia de la naturaleza, por eso nos llevamos tan mal con el planeta, lo
tenemos ahí moribundo, no hemos hecho nada orgánico ni a la par.
– ¿La analogía entre los
sistemas de la naturaleza y la sociedad no están en sintonía no son armónicos
entre sí?
– No, para nada. Son varios los que manejan los hilos, no sé quiénes
son, no podría identificar alguno, pero al mismo tiempo ellos piensan que está
bien y la respuesta de un planeta agonizante está ahí, la pregunta se responde
sola, no estaríamos en esta crisis mundial si hubiésemos crecido en armonía.
– Esos sistemas orgánicos,
se retroalimentan, tienen un principio, un fin y se reciclan, ¿tú los contemplas?
¿hay un sistema orgánico en tu obra? Te pregunto esto porque tu obra utiliza
ciertos íconos como un abecedario que funciona en un ecosistema, donde dialogan
entre sí. Por ejemplo si una de tus pinturas fuese un fotograma de una película
y entraras a cualquiera de ellas, ¿ingresarías a un universo en el que te encontrarías
con las demás pinturas?
– Sí, hay elementos que habitan y pertenecen a ese imaginario. Aunque
trato siempre de buscar, trabajo desde lo abstracto y veo qué me ofrece la
mancha o a qué me invita esa mancha, a dónde voy.
– ¿Es la metodología para
empezar un cuadro?
– No en todas, hay algunas que no las empiezo de la misma forma, las
menos las bocetéo antes, me es mucho más atractivo el reto de generar una
mancha y ver qué me ofrece para trabajar con el lienzo, voy trabajando como un
escultor, despertando parte de mi consciencia hacia el camino que me ofrece esa
mancha. Hace poco volví a leer Altazor de Vicente Huidobro e hice el ejercicio de
leer en las mañanas una página y hacer tres bocetos, sin pensarlo salieron
muchos dibujos interesantes. Eso a la larga te saca de tu estructura creativa,
porque estás entregándote al imaginario de alguien, es un ejercicio
maravilloso, porque despiertas y en la mañana puedes ser otro.
– En un momento me dijiste
que te interesa el dinero…
– Jajaja, como decía Dalí, páguenme en oro, jajaja…
– ¿Cuál es tu rollo con el
valor de la obra?, porque el arte como nunca en la historia es un bien
material, puede llegar a valer más que un bono de mercado, puede valer mucho
más que el oro, un bien que si hubiese una guerra, la gente guardaría porque
podría ser valorizada en el futuro más que los billetes que se devaluarán.
– Se guardan porque de alguna forma es parte de la memoria histórica,
la pintura es un fotograma de nuestro talento o el valor de nuestra especie. No
tengo rollo con que compren el trabajo, a nosotros como cultura chilena nos
falta harto. Siempre he pensado que el arte debería estar en la canasta
familiar, sería genial y maravilloso para todos los artistas, imagina un
grabado, un cuadro, que bello sería como sociedad satisfacer una necesidad como
esa, consumiendo de forma intrínseca la cultura.
– El arte está súper desvalorizado
como un objeto que podría estar en la canasta, la gente lo encontraría
suntuoso, porque vivimos en una prehistoria.
– La gente no se da el tiempo de reflexionar, aunque eso depende del
país donde estés, porque en otros lados no dejarían de tener a sus hijos en
escuelas de arte o de música.
– Aquí estamos
involucionando, hay que reconocer esa realidad. Pero, ¿qué se puede hacer.
– Un amigo que estuvo en Vancouver me contaba que podías postular para
que el Estado te ayude a comprar un cuadro, imagínate, increíble.
– Estamos en un retroceso,
la política no trabaja en esto, mientras vivimos en una amplificación de la
corrupción…
– No metamos a los políticos, están cansados, no los estresemos más,
jajajaja.
– Pero el mundo político es
la instancia cultural más alta, que tiene influencia sobre los ciudadanos, es
el arte de gobernar, aunque es una vergüenza lamentablemente, aceptando la
realidad, ¿cómo se podría aportar para que no sea todo tan decadente? ¿crees
que un cuadro puede cambiar el espíritu de este país?
– Románticamente uno piensa en eso, pero aquí la gente se enoja por tan
poco, quizás tu trabajo se de a conocer y todo eso, pero ser un conocido es
horrible, te pueden hacer pebre, solo por ser conocido y eso no sé, es por
nuestra idiosincrasia, es mejor pasar lo más piola posible, creo.
– Es decir, exitoso pero no
tanto.
– Que se conozca la obra pero yo no, jajajaja. ¿Hacer una obra para
cambiar el mundo?
– No lo decía para cambiar
el mundo, pero hemos retrocedido mucho, la política que es un arte mayor es una
vergüenza, el mercado es abusivo. En Chile podemos decir que vivimos un fin del
mundo. Ahora en invierno, en un país sin liquidez, todo el mundo de la cultura
mal, sin plata.
– Sí, no es difícil imaginarlo, jajajaja. La idea es cómo reencantar a
la gente, seducir y lograr que a alguien le importe el arte. Comprendo que la
mayoría trabaja en otras cosas y es tan particular lo que uno hace, que puedo entender que no
tengan esa premisa en la cabeza. Creo que le hablamos a una sociedad que está
en el reggaeton y todo eso. Está difícil. No puedes ir a una población en este
momento y presentar un grupo de rock progresivo, porque lo van a linchar…
– Habría que evangelizar con
las letras del reggaeton, con el mismo discurso, eso se hacía antes, de hecho
la iglesia lo hizo con las bandas de rock religioso…
– La iglesia usó muchas formas de arte, de hecho la pintura en un
comienzo estuvo al servicio de la iglesia, ellos mantuvieron la pintura por
siglos, hasta que llegaron los mercaderes del Renacimiento y se hizo pintura a
particulares.
– Llegamos a un punto donde
nos damos cuenta que Chile está al borde del abismo, no hay un equilibrio, no
hay una dialéctica orgánica en la conversación o el debate, hay una necesidad
fáctica de noquear al otro.
– Ojalá tengamos consciencia de nuestra propia historia y lo que
sucedió, no podemos volver a repetir esos actos horribles y quebrar en forma
violenta nuestra democracia.
– Bajonéa llegar a la
conclusión que vivimos en este país, donde uno se debe proteger de la
hostilidad que irradia, quizás en un taller pintando, otros generando
microclimas o ambientes que no pertenecen a este mundo, porque es muy agresivo,
¿cómo avalúas eso?
– Cuando hablaba de la biblioteca de mi abuelo y los libros que leía,
la protección del mundo exterior la generé ahí, en esos espacios mágicos, eso
se asemeja mucho al espacio llamado taller. Reflexionando me di cuenta que el
taller representa ese mismo calor amable que generaba esa biblioteca, ahí me
pego mi viaje fuera del mundo y las posibilidades son infinitas para sacar esto
desde muy adentro e instalarlo en la tela y mostrarlo al mundo es algo extraño
y rico.
– ¿Tu mundo privado es como
un Alicia en el país de las maravillas?
– Bueno, todos tenemos un poco de eso, de pronto encontrar esa puerta
que es tuya, con una llave con la que podemos abrir y entrar, a un mundo como
un vientre, con calorcito. Cada uno tiene un mundo distinto donde tenemos la
oportunidad de viajar, todos buscamos un pequeño lugar donde refugiarnos.
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