EL ESCRITOR EDUARDO ROBLEDO EN LA NOCHE 141




JORGE TEILLIER EN VIAJE

 

Por Jaime Piña

 

Eduardo es un creativo literario que hoy 20 de octubre lanzará oficialmente el libro Jorge Teillier en viaje, en la SECH, sobre artículos y crónicas del poeta publicados en la revista En Viaje.

Perteneciente a Ferrocarriles del Estado, la revista se editó entre 1933 y 1973. Este medio nace como itinerario de trenes y una cartelera turística que funcionó en todo el país, se vendía en quioscos y en las estaciones con miles de ejemplares, para que la gente leyera durante el viaje. Ferrocarriles fue un holding, tenía hoteles, trenes y la imprenta más grande de Chile, donde se imprimía la revista. Dado su éxito publican grandes escritores como Jorge Teillier, Manuel Rojas, Gabriela Mistral, Luis Enrique Délano, Gonzalo Drago, Humberto Díaz Casanueva, Oreste Plath, entre otros.

El libro es una recopilación de las crónicas que escribió en la revista desde 1961 a 1972. El libro es un homenaje a Jorge Teillier, editado por Arttegrama, editorial dirigida por Alvaro Ricoe.

 

TRENES EN LAS LETRAS

 

Eduardo en su carrera de comunicador reversiona la misma revista pero en la radio. Ha trabajando en varias de ellas como Nuevo Mundo, Umbral y la Universidad de Chile, dice: “De “En Viaje” sacamos mucho material para el programa “Trenes en las letras”, que realicé con el actor Mario Lorca y el periodista Oscar Daniel Bustamante en la radio de la Chile. Fue un programa documental que se transmitió la última vez el 2005”.

 

– ¿De dónde vienes tú como escritor?

– De mi relación con escritores, como Carlos Mellado, un vecino de Macul que conocí por mi amistad con sus hijos Carlos e Isabel. Mellado padre, dirigía la comisión de cultura de la Sech, –Sociedad de Escritores de Chile–. Además mi hermana escribía en la revista Icarito, por ahí vienen estas intencionalidades escriturales.

 

– ¿Con Mellado hablaban de literatura o de creación literaria?

– Fundamentalmente de autores y de la escritura, relación que sostuve hasta su muerte. Entremedio también nos peleamos. A mis 16 años con un compañero de liceo, hicimos una Oda a Pinochet en tono de sátira, la llevamos al diario La Nación y la publicaron. Con ello tuve un descrédito brutal, porque se entendió como aprobatorio a Pinochet y Carlos Mellado se enfureció, viviendo cinco años de castigo. Luego en la Sech retomamos nuestra amistad.

 

– ¿Después en la misma Sech te vinculas con otros escritores?

– En los 35 años de vínculo con la Sech, conocí a grandes escritores con los que establecí amistad. Si bien Mellado fue amigo de Teillier, es Lorenzo Peirano quien me lo presenta a fines de los 90’. Jorge estaba bien, era un parroquiano habitual de la Unión Chica, lugar de encuentro de muchos poetas, como Rolando Cárdenas, un lárico, Enrique Volpe, un poeta italiano radicado en Chile, muy amigo de Teillier como Pancho Véjar. Era su oficina de día, por las tardes iba a la Sech los martes y en la casa de Peirano en la calle Esperanza se hacía vida doméstica. Oreste Plath como Horacio Eloy, Elicura Chihuailaf y Jorge Teillier también llegaban a esa casa. Ahí se generaban conversaciones espectaculares.

 

– ¿De qué se hablaba?

– Imagínate la pléyade de escritores que rodearon a Jorge, conversaban al calor de una mesa y de un buen mosto, generando una gran velada. Se hablaba de boxeo, fútbol, que eran temas que Teillier dominaba. Pero cualquier conversación podía ser el epicentro.

 


– ¿Cómo parte tu libro?

– Comienza el libro con La tragedia íntima de Paul Verlaine, un poeta maldito francés, su vida azarosa y los años en la cárcel que tuvo que pagar producto de la violencia con su madre.

 

– ¿Cuál es el orden de lo que publicó Teillier en revista En Viaje?

– El segundo artículo se llama Los poetas olvidados, centrado en el rescate de los dejados de lado por el oficialismo. Teillier destaca la vida y poesía de Alberto Valdivia y su poemario Romanzas en gris, que tuvo una mala crítica por el cura Emilio Vaisse de El Mercurio.

 

– ¿Teillier hablaba de underground y de mainstream?

– No lo decía así, hablaba de los que no pasaban a la escena. Como Juan Egaña y Alberto Moreno, poetas de la generación del 20’, catalogados por Pablo de Rokha como la Banda negra, solo porque Neruda los ensalzó y quiso mucho a esa generación. Teillier fue un regalón de Neruda. En un episodio Teillier se porta mal en la Sech y Neruda hace una carta en 1964, donde solicita al nuevo directorio derogar la suspensión como socio a Teillier y lo hacen.

 

LOS PRIMEROS PROFESORES

 

Otro artículo de 1964, es sobre Justo Faustino Sarmiento y José Abelardo Núñez, dos grandes educadores. A Sarmiento se le encarga la creación de la Escuela Normal de Preceptores, una escuela para la formación de profesores, firmada entre Manuel Balmaceda y Manuel Montt. Posteriormente José Abelardo Núñez toma la dirección de este proyecto y realiza la reforma educacional el año 1889. Teillier los ensalza porque siempre le interesó el desarrollo de su país. Gracias a esa escuela, la más antigua de América después de la de Massachusetts, se crea el Pedagógico.

 

LOS MARGINADOS AUTOFORMADOS

 

Posteriormente en 1965, viene un texto al poeta Boris Calderón, un autor de la aldea, marginado en ese tiempo, un poeta de las sombras, que al parecer no tenía mucho vínculo social, era de Buin.

 

– ¿Existe alguna relación entre literatura y el origen social del escritor?

– Para ellos la literatura era su mundo, por tanto no iban a renunciar a eso por ser ricos o pobres. Fueron autores autoformados o formados con los amigos, en intercambios de bibliotecas. Hablamos de un Chile pobre, la generación del 20’ y del 38’, por tanto los escritores hacían la pega que era escribir y ahí quedaron muchos libros que no se publicaron o se autopublicaron rudimentariamente con poco tiraje.

De hecho tanto Juan Egaña, Alberto Moreno y Alberto Valdivia, de la generación del 20’, son publicados en la antología Selva lírica, que recupera desconocidas voces literarias.

 

LA RAZA CHILENA

 

Otro artículo del año 1965, es sobre Nicolás Palacios, olvidado defensor de la chilenidad, quien publicó en 1904 Raza chilena, un libro controversial criticado por el cánnon periodístico de ese tiempo. Palacios fue un cirujano, nacionalista, preocupado por las injusticias. En la Guerra del Pacífico se enrola en el ejército como capitán y ejerce como médico. Fue testigo de la matanza de Santa María de Iquique. Su libro tiene atisbos de estudios genéticos y de chilenidad, donde apunta que la raza Mapuche aporta positivamente a la mezcla.

 


LA ÚLTIMA FRONTERA

En 1966, Teillier publica Visión de la frontera, sobre la Pacificación de la Araucanía y la expulsión de los Mapuche de sus territorios. Una Araucanía no anexada aún al país, por tanto cualquiera podía arrogarse algún título, como Orélie Antoine de Tounens, el rey de la Araucanía, que se descubrió fue un agente francés encargado de explorar, con la idea de anexar territorio a su país, como colonia. Hablamos de 1860, tiempos complejos para meterse en ese territorio, porque los Mapuche se resistieron a ser conquistados, por eso la pacificación la ejecuta el ejército con matanzas.

 

SU PUEBLO LAUTARO

 

El año 1969, escribe Lautaro este es mi pueblo. Sobre sus localidades, ríos y trenes como un gran paisaje sonoro-visual que siempre amó y nunca olvidó. Aquí habla de tres sangres que perviven en la Araucanía, la mapuche, la europea y la española, vertientes que hacen de una sociedad algo importante.

 

– ¿Se juntaba con escritores porque eran amigos o porque eran autores qué él consideraba de calidad?

– Nunca hizo un distingo de un autor por sobre otro, él como hombre sureño recibía a quien quisiera conversar, siempre llano con los poetas jóvenes. Leía a sus amigos por cierto. Parte de las conversas eran por libros de sus amigos.

Otro artículo habla de La fisionomía espiritual de la ciudad de los confines, o los infantes de Angol, 1972, donde aparece el primer poeta Pedro de Oña, que según Neruda y Mariano Latorre es el primer poeta criollista en Chile.

El último artículo lo escribe en 1972. Aquí se refiere a la bohemia, que comienza una vez finalizada La colonia en 1808. Teillier menciona la Chingana, cruzando el río Mapocho. Cita los primeros café, los trucos, en el Portal Fernández Concha, después El Jota, El Hércules, El Bahía, La Ñata Inés. Rememora la noche con sus faroles a gas, cuando los poetas leían sus poemas caminando por las calles.

 

 

 

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