MARCELA ORTIZ DE ZÁRATE EN LA NOCHE 141

 BAILARINA Y COREÓGRAFA

 


“PLAYAS DE FUEGO” DE BÁRBARA DÉLANO

 

En función única, el 27 de septiembre presentará “Playas de fuego”, una puesta en escena de la Compañía de Danza Contemporánea Otux, en Ceina, del Centro Arte Alameda.



El espectáculo Playas de fuego está basado en el libro homónimo de la poeta Bárbara Délano, concepto que también fue grabado en un mediometraje. Es la obra póstuma de Bárbara.

 

CONVERSANDO CON SUS POEMAS

 

Marcela en 40 años de carrera ha realizado más de 30 obras y con su basta experiencia crea magistralmente una aproximación poética a la obra de Bárbara Délano y si bien hubo una selección de sus textos, es una conversación con su poesía a través del cuerpo, el gesto de la palabra y el gesto de las imágenes. comenta: “El cuerpo para mí es el recipiente del alma y de las palabras, es sobre lo que escribía Bárbara en sus poemas, es desde ahí donde nos comunicamos, de su visión del mar, de la época de la dictadura y el exilio, de su ser personal y de su soledad. Este trabajo es una performance, no es una interpretación. En parte de la puesta en escena, las palabras que pronuncio son la extensión de mi cuerpo lo que se expresa, a lo cual agrego imágenes de los lugares donde ella estuvo que inspiraron Playas de fuego”.

 

– ¿El cuerpo como receptor y emisor?

– Cuando hablamos del cuerpo hablamos de un todo, no de lo que se ve, sino lo que está adentro, es el recipiente donde está toda tu historia y lo que sientes por las experiencias vividas.

 


– Hicieron dos obras, la película y la puesta en escena. 

– Sí, la coreografía y la película dirigida por Marcos Salazar, son un proyecto ganador del Fondo de las Artes Escénicas, Creación y Producción de Montajes Escénicos, Trayectoria - Danza 2022. Ambos con las Intérpretes: Daniella Gatica Morales, María Inés Ibarra Roa, Nicole Schönffeldt Peña y yo.

 

– ¿Cómo conociste a Bárbara Délano?

–  Bárbara y Viviana son mis primas y crecimos juntas. Primero en Santiago en casa de su padre Poli Délano y Maruja mi mamá, las vacaciones las pasábamos en la casa de sus abuelos en Cartagena. Después del 73’, en México en el exilio, donde Bárbara estudio sociología en la UNAM y yo estudie en el INBA, la carrera de danza. Ambas posteriormente trabajamos en México. En 1986 me fui a Nueva York y Bárbara me visitaba, salíamos juntas. La última vez que la vi llegue de Nueva York y lo pasamos increíble. Ella viajo a Chile a pasar su cumpleaños cuando sucede el accidente aéreo, en octubre del 1996.

 

– ¿Cómo enfrentas el oficio de la danza?

– En la danza me nutro de la pintura, la música, la palabra y la poesía. Mi primer trabajo coreográfico fue en México con Bárbara, se llamó Chile no se rinde, cuando ella pololeaba con Roberto Bolaño y los infrarrealistas visitaban la casa de Poli Délano.

 


– ¿Solo presentarán la puesta en escena de la obra en danza?

– Sí, en lo que queda del año nos presentaremos en el Teatro Vicente Bianchi, en La Reina. Postulamos al GAM y a Santiago a Mil. Tendremos funciones en septiembre, octubre y el próximo año estamos organizando una gira a México.

 

– ¿Cuéntame del concepto de tu compañía de danza?

– La Compañía Otux, Danza Contemporánea, es un concepto que creé el año 87 en Nueva York, ciudad en la que viví del 86’ al 95’, estudiando primero y trabajando en danza con diferentes coreógrafos, pero también presentando mi trabajo autoral.

 

– ¿Cuándo comprendiste que podías visualizar una obra?

– Crecí en un ambiente artístico entre ensayos y funciones, mi madre bailarina y mimo de los Noisvander y mi padre violinista. En México, a los 14 años Maruja me invito al taller coreográfico de Walden, que me voló la cabeza.

 

– ¿Piensas con todo el cuerpo, te apoyas en algo?

– Sí. Mi primera coreografía, Alteración, de 20 minutos, fue toda dibujada, cada paso es un dibujo.

 

SUS ESTUDIOS EN JUILLIARD SCHOOL PERFORMER ART

 

En una oportunidad le muestra Alteración a Anna Sokolov, maestra de coreografía en Julliard. Quien vio la danza y los dibujos colgados en la pared. “La conocí en México, me convenció para que fuera a esa escuela en Nueva York, donde estuve becada. En esa época comencé a grabarme con una cámara VHS. Improvisaba y grababa mis ensayos, luego hacía anotaciones, todos los días lo hice, luego elegía lo que me gustaba y empezaba a componer”.



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