VIVIANA VERDUGO BIBER, CONVERSA CON LA NOCHE ONLINE

Pintora de la Universidad de Chile


Una cascada de emociones


Por Jaime Piña


La muestra “Relatos alados”, es una pulsión expositiva de Viviana, quien nos abre su corazón y su mente, para dar a conocer la trama que fundamenta su pintura. Es una artista del sentir y ese orgullo lo manifiesta como un puente para enaltecer lo humano.

Acerca del oficio de artista, considera que no todos lo ejercen, opina:

“Ahí tengo una grieta, porque existe mucha gente que tiene talentos increíbles para dibujar o dominar técnicas, pero no necesariamente tienen la pulsión, la necesidad de comunicar un sentir, que busca y necesita manifestarse para emocionar”.



– ¿La cascada de emociones se centra en tu infancia?

– No. Es mi forma de ser.

 Si existen experiencias delicadas que se graban en la infancia, es porque la psiquis de un niño es delicada. Si naces con alta sensibilidad, te detienes en detalles e hilas fino, eso te puede atormentar.


Una infancia con adultos que venían de la guerra


Se cría con sus padres y con sus abuelos maternos, él suizo y ella italiana –los abuelos–, en casas separadas pero mezcladas. Su madre era una artista en potencia pero no pudo desarrollarlo. Inteligente y talentosa, bondadosa y generosa, pero marcada por una infancia quebrada por la guerra.

Comenta Viviana: "Crecimos en esa realidad, que fue linda, pero diferente, llena de personas con experiencias profundas de sobrevivencia, de miedos ocultos, traumas, pero también de una exquisita sutileza”.

Prosigue Viviana: “Mi padre era un hombre reflexivo, un pensador. Nos sentaba horas a la mesa, junto a mi hermano y nos daba charlas o monólogos valóricos sobre el honor, la ética, la integridad”.

Sus abuelos fueron sobrevivientes de dos guerras, su madre nace en plena ocupación Nazi, en Vrbas, al norte de Serbia. Eran personas sumamente reservadas, ermitaños y poco sociables. No se relacionaban con la gente del barrio, no hablaban español. Alfred Biber Hoffmann, su abuelo, ingeniero textil, emigra de Suiza en un periplo laboral, instalando fabricas textiles, específicamente sederías, por distintos países de Europa, donde conoce a Giovannina Scarzello, su nonna italiana, de Fossano un pueblo en el norte de Italia.

Cuenta Viviana: “A mi nonna siempre la vi trabajando en algo, cociendo, bordando y tejiendo cosas increíbles, mi casa siempre estuvo llena de géneros, sedas, linos y lanas, herramientas extrañas, ruecas y sofisticados hilos de todas las gamas y orígenes. Todos en mi casa creaban belleza, sin nunca hablar de ello”.

Desde muy chica, Viviana sintió que nació con la característica de ser un recipiente, cuenta: "Sentía que era una copa, un recipiente que necesitaba ser llenado. De información, de emociones y vivencias. Mi infancia fue como una película de Bergman, una exploración de la condición humana”.




Mi pintura es No mente


– ¿Una manera de expresarte era dejar fluir, mientras íban apareciendo las cosas?

– Sí. La pintura que estoy haciendo y que hice, es No mente, es sentir. No es algo definitivo ni tiene propósito anterior, no hay una idea preconcebida. Es a partir de la necesidad de traducir lo que siento. Siempre he sido emotiva y no es que no tenga una racionalidad o un concepto, solo que, por ejemplo, al entrar a la escuela de Arte de la Chile, fue mucho más impactante observar a las personas, que lo que realmente enseñaban, era matea porque me encantaba aprender del arte. Pero internamente estaba fuera de eso, un poco por timidez, no sentía que perteneciera.

El primer acercamiento a expresar mi emoción, fue no someter nunca mi sentir, aunque eso me excluyera.


– Tengo la impresión que en el arte, es más fácil ser racional que emocional.

– La vida entera es emocional, es arte si uno la quiere mirar así, eso no significa que sea feliz, pero si puede ser exaltada, hacerla sutil y delicada hasta en el dolor. La racionalidad ayuda a llevarla a cabo.




La huella humana


- En lo plástico, ¿cómo logras que se plasme una emoción?

– Eso está súper encriptado en mi pintura. Sería arrogante decir, que en mis obras está súper clara mi emoción, mi sentir, eso lo sé yo, lo siento desde quién soy. Lo interpreto desde ahí, lo comunico y me entrego. Siempre es un reto cómo será leído, explorado y comprendido fuera de mí.

Creo en la magia que puede suceder con lo que queda inconcluso, sugerido y encriptado. Me alucina la necesidad de dejar huella, creo que va con el sentido de sobrevivencia. El ser humano deja huella en todo lo que hace. Es un desafío poder representar algo de uno. Me pregunto, ¿Cómo voy a poder decir esto que siento? ¿Es, haciéndolo de esta manera? ¿Se va a entender la media grieta que tengo en mi corazón? No se puede. Es sólo mientras sucede.




Lo indefectiblemente roto


– ¿Tienes una grieta en tu corazón?

– Tengo muchas grietas, así imagino mi dolor. Grietas, acantilados, surcos, hendiduras, que se necesitan expresar, así se llenan las grietas.


– ¿Es una grieta de tu dolor por la inserción en el mundo?

– Uno es un catalizador, ¡como un prisma! La vida ha pasado por mí y según cómo eres, vas a sentir, interpretar y expresar hacia afuera, asignándole un concepto, una expresión y hasta un sentir a tu relato y eso viene del dolor.


– ¿Si no hubiese existido la pintura, de qué otra manera te hubieses expresado?

– Escribiendo seguramente o en lo corporal, la danza o el ejercicio.




¿Qué es el arte?


– Una vez en la escuela ¿comprendiste de qué se trata el arte?

– Para mí el arte es una manifestación humana maravillosa, como tantas otras. Obvio que requiere habilidades específicas que no todo el mundo tiene y va de la mano de una sensibilidad distinta, un sentir distinto con características puntuales. Habilidades, que en el caso del artista, potencia también una gran presencia de emotividad o sensibilidad, que está relacionado al funcionamiento del hemisferio derecho del cerebro, no somos unos elegidos, nacemos así.




El verdadero lugar del artista


– Como parte de la humanidad, ¿crees que el arte aporta al ser humano?

– Creo que en un principio fue el registro de cierta humildad ante la grandeza de la naturaleza, ante lo incierto y poder decir, estuve aquí, vi esto o lo sentí así. Es la huella, el arte deja huellas de historia. Antes de que el arte fuera más libre, estaba al servicio de la anécdota histórica, de la gente adinerada, no había libertad en ese sentido para expresar lo propio, lo íntimo de cada artista.


– Entonces, ¿ha cambiado el lugar del artista?

– Ha mejorado el lugar del artista. Hoy es independiente de elegir el cómo transmitir.


– También en esa evolución, el arte se transforma en un espacio cultural, ¿cómo se inserta en el llamado espacio cultural?

– Para mí cultura no es necesariamente a través del arte. La cultura la aprendí en mi casa, a respetar los acuerdos humanos para no transgredir a otras personas y ser correcto. Eso para mí es cultura. Otra cosa es la información o saber mucho. Hay gente que es súper letrada y no sé si es culta. Porque de verdad para mí esa es la diferencia. No es alguien que sabe mucho, que puede dar conferencias de cuánto sabe, si en realidad no aprendió lo principal, que es lo que nos une, lo que nos hace humanos.


– El debate con los conceptuales existe. Porque se expresan de otra manera al no tener talento plástico.

– Para que un artista pruebe que no buscó el camino corto y refugiarse meramente en lo conceptual, debe demostrarlo haciendo obra. O sea, sí puedes llegar a tu resumen, si pintaste tanto que tu último cuadro es un punto, está todo bien, hiciste la pega.


– ¿Por qué en Chile la cultura es marginada por los ejes de poder, que le atribuyen connotaciones izquierdistas?

– Eso es porque el artista ha sido utilizado en ese sentido, como paladín contra la injusticia y es el que se atreve a relatar. Pero la realidad es que el arte no es objeto de primera necesidad, no cuando hay pobreza, no cuando hay que alimentar a una familia. Es una trampa a veces para la ilusión de un joven que entra a la carrera, creer que el mercado lo necesita y que lo buscará. Ser artista es para valientes que saben lo que les espera y aún así persisten. Pero quejarse de la realidad es un poco ingenuo, porque te puede llevar al resentimiento.


– ¿Ese tema te interesa? ¿El debate de las ideas?

– Más siento que se imponen ideas, cada cual subjetivamente y en su vivencia personal cree tener la verdad y eso lo mantiene a la defensiva. Igual creo que se debate poco actualmente, más se discute, se defiende tener la razón.




– Pero, ¿por qué una candidata presidencial propuso, que se destinen los fondos de cultura a seguridad? Eso hace pensar que efectivamente la cultura está en un lugar invisible.

– Cada candidato ofrecerá restando o aumentando presupuesto según sea el momento político imperante, el momento país y claramente lo que convenga ofrecer para ser elegido. En ese sentido, como lo dije, el arte no es de primera necesidad. No digo que no sea maravilloso, solo que primera necesidad es comer, tener un habitat, salud, educación. Eso es primera necesidad y nadie puede prescindir de eso, no en estas sociedades. El arte es un objeto único, que además logra tener un valor en el tiempo, que lo convierte en un lujo, siempre asociado al dinero de alguien que puede permitirse ese lujo.


– Siempre estuvo asociado a la elite. O sea, ¿se va a mantener en la elite como parte de su naturaleza?

– No. Es que el arte está manoseado. En estos países subdesarrollados no hay recursos para mantener a tanta gente, con talentos de distinto tipo, actores, músicos, pintores, todo lo que a nosotros nos gusta. Porque al no ser prioritario, no existen recursos para invertir en eso. Una persona no va a elegir comprar un cuadro, antes de alimentar a sus hijos. Obviamente que el arte se remite a la elite del dinero si quieres vivir de él, pero pretender que el Estado nos subsidie porque es nuestra vocación, me parece injusto para el resto.


– Pero por otro lado, uno ve la vulgarización de la sociedad con programas de farándula, con gente que no lee, bajo el imperio del reggaetón, con una gran pobreza reflexiva, intelectual, espiritual. Y uno dice, quizás el arte y la cultura logre un espesor mayor en las personas. ¿cómo se puede frenar la frivolidad social que vivimos? ¿Es con el arte?

– Es difícil opinar, porque si un artista debe sobrevivir a partir de lo que hace, a veces debe someterse a la moda y no a lo que realmente quisiera expresar. Porque primero tiene que sobrevivir. También está el conflicto del doble discurso de los artistas, algunos odian el capitalismo y lo que representa, pero quienes le compran son ellos. Los desprecian pero se someten cuando es conveniente y es parte del discurso intelectual y eso me parece terrible. No puedes morder la mano que te da de comer. Para mí pierde crédito. Ahora, otra cosa es, qué pena que sea así, porque es exquisito el arte, cuando es exquisito. Entonces, ¿quiénes pueden comprar arte? La gente de plata, ¿quién puede comprar una pintura de millones? La gente de plata. Primero pongamos las cosas en el lugar que corresponde, no ir contra la corriente, contra la realidad. Podemos tener un sentido de justicia y equidad, querer tener un país más interesado en las artes y la cultura, todos quisiéramos eso. Pero nuestra realidad país, no alcanza para todos. No me gusta el doble discurso, solo cuando es conveniente. Ojalá la cultura destacara la integridad. Ahora, es súper duro lo que expreso, pero quizás hay que vivir de otros trabajos y dejar esa exquisitez, que es el sentir, para cuando se pueda, como lo hace la mayoría de la gente. ¿O la mayoría de la gente no quisiera estar haciendo lo que más le gusta?, sin embargo tienen que ir a trabajar y humillarse ante muchas cosas. Creo que existe la distorsión, de que el artista se cree o se siente alguien elegido y necesario. Y sí, el mundo no sería tan bonito y emocionante, si no hubiese arte. Pero un puente, ¿un puente acaso no es una mega expresión humana? ¿Y quién lo nombra como obra de arte, o como aporte a la cultura?


– En la misma línea, de alguna manera es una década perdida en la cultura chilena, por su desvalorización. ¿Quedarán en el camino muchos artistas? que deberán dedicarse a hacer otra cosa para mantener su arte puro y no entrar en el juego de mercantilizarlo para vivir.¿Quiénes sobrevivirán? Alguien me decía, solamente va a sobrevivir la excelencia.

– Sí, probablemente se dirija a eso el futuro del arte y unos pocos puedan vivir de su trabajo dignamente. No hay mercado, para tanta gente que quisiera hacer del arte su forma de ganarse la vida, creo será una selección natural y de excelencia. Y no significa no poder crear, porque esa es una necesidad interior y anterior, pero no idealizar que con ello podrás vivir.


– Más que a la definición de excelencia, me refiero a que van a sobrevivir solamente los buenos, en la ley del más fuerte.

– Quizás para como están las cosas, el siguiente nivel será un barrido, un barrido del exceso.


– ¿El exceso de los charlatanes, el exceso de los que se han vendido, los que han mentido en el arte?

– No sé si los que han mentido, porque hay mucha gente que también sabe cómo hacer las cosas.


– ¿Te refieres al marketing?

– Sí, como estar en el lugar preciso, comercializar en los lugares donde sí se puede comprar. Cuando se habla de ser un profesional, quizás eso implica todos esos ítems a lograr. Porque no sacas nada con hacer una cosa maravillosa y no venderla, si necesitas vivir de eso. También existen pocos espacios y con una alta demanda. Por lo tanto, sería un camino de justicia que quede lo más excelso. También creo que hay una mirada acomodaticia del artista, porque todos tenemos derecho a ser artistas, de hecho cualquier señora que haga un curso de pintura, sube sus cosas y capaz que venda más que el que se dedica. Entonces no hay un límite, se perdió el foco.


– O sea, ¿cualquiera es artista en este minuto?

– Ahora hay más show que nada. Vi en Instagram a una chica que se colgaba de un andamio y tiraba pintura con un tarro. Claro, era interesante verla porque estaba en traje de baño, pero ¿eso es arte? Se ha llegado a lo vulgar incluso, a la falta de respeto, al tratar a la gente de tonta, como el famoso plátano pegado. O sea, es burlarse de la gente.


– ¿Es una necesidad entrar en los espacios de la vanguardia como arte o hay una especie de aprovechamiento?

– Creo que no solo en el ámbito del arte, el ser humano siempre quiere estar inventando, creando y ojalá ser el primero en hacerlo. La mayoría tenemos ese espíritu, porque si no, no habría inventos y no existirían las maravillas que se han logrado. Todo lo creado fue porque alguien quiso insistir, ser el mejor y quiso descubrir. Y el arte, ¿por qué tiene que ser la excepción? ¿Por qué se le pide tan poco al artista? Demuéstrame que sabes dibujar por lo menos. Es como pensar que un ingeniero que no sepa matemáticas, pueda ser ingeniero.


– ¿Cómo te ubicas en la ley del más fuerte?

– Probablemente estaría en la lista de los eliminados, porque no soy el máximo talento, en cuanto a haber nacido con todos los dones que te hacen sobresalir. Pero sí tengo herramientas e instrucción para acercarme a ello. Si me dicen copia este paisaje y demuéstrame que sabes dibujar, lo voy a hacer, me voy a demorar mucho y probablemente no lo pase tan bien, como haciendo lo que me gusta, pero puedo hacerlo.


– Cuando entiendes el arte, ¿tratas de trasladarlo a tu vida cotidiana en una simbiosis, como lo que sucede con las pantallas y los videos que la gente sube, que reflejan que el arte se metió en la vida definitivamente?

– Todo el mundo, de alguna manera es artista en distintos ámbitos, cocinando, en la música, hay muchos ejemplos de lo que es crear, porque al final artista es quién logra hacer algo excelso, algo distinto, que propone o desafía. Es el que comunica de manera diferente. El arte ayuda a refinar la mirada, lo que es sin duda un súper aporte, porque en ese refinamiento el objeto común, se transforma.


– En esto del trabajo e integrar ideas, tu obra se muestra más bien críptica.

– A mí que me gusta el expresionismo, en realidad detrás del arte conceptual, habita un ejecutor que lo siente todo, otra cosa es que no lo hace evidente. Lo conceptual fue necesario, porque en épocas de grandes crisis, guerras y persecución, los artistas necesitaban unirse para rebelarse, para proponer ideas y miradas y desde ahí crear, pero detrás de eso había un gran pensamiento, una reflexión, una pulsión. Quizás hoy está más difícil encontrar temas que convoquen a las personas, el mundo está superficial e individualista, donde ya no nos juntamos para hablar de cosas que nos conmueven. Todo es una máscara, nos juntamos para criticar, sacarle el raspadito conveniente a lo que sea. Por eso creo que han perdido peso y valor las vanguardias, sobre todo en países más capitalistas, donde el ser humano hace rato que no es importante, donde todo es muy de show.


– ¿Te quedó algo en el tintero de lo que estamos conversando?

– Algo que está en mi idealismo, es que me considero una artista del sentir, que no sé si doy la talla en lo que hago, pero quisiera que ese orgullo se manifestara en ser el puente para lo humano, para lo que no nos haga perdernos. Creo que si nosotros que tenemos una sensibilidad mayor, porque nacemos así, si no hacemos eso, nadie más lo hará, porque fuimos creados para lo delicado, para lo sutil, para ver el detalle, ver lo que otros no ven. El artista bajo ese parámetro se ha vuelto egoísta.


– ¿Por qué el nombre de la exposición?

– Al nombre “Relatos alados”, me costó llegar, iba a llamarse “Relatos encriptados”, pero le pedí la opinión a mi hijo y me dijo: “¡Pero mamá! Es muy rebuscado, no facilitas que le llegue a todos eligiendo palabras raras”. –Le hice caso–.

Lo de la palabra “alado”, es por mil cosas en realidad, me encanta la idea de que haya ángeles silenciosos, pájaros de libertad, el vuelo, las plumas que caen con su liviandad, una manera de vivir. Mi pintura no es liviana y quizás por lo mismo, busco que el concepto, mi sentir, lo haga más leve. Por otro lado lo “alado” es impermanente, algo que no es de la tierra y si no es de la tierra, está en un mundo existente que debo descubrir.


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