CARO BLOJ, CINEASTA Y ARTISTA MULTIDISCIPLINAR, CONVERSA CON LA NOCHE
Expone:
"Sincronía, aguas abiertas", en Matucana 100, sábado 28 de junio, 12.00 Hrs.
EL LUGAR ABISMAL Y PELIGROSO QUE NOS PROTEGE
Por Jaime Piña
La muestra reúne un conjunto de disciplinas recogidas del proceso de filmación de su última película, Sincronía. Una extensión de obra que en palabras de su curadora, Dermis León: “…explora diversas materialidades y medios, cuyos ejes narrativos giran en torno a su último film. Durante el proceso que originó su creación, trabajó paralelamente en la búsqueda y producción de imágenes, donde sus personajes se concretan a través de otras formas y materiales. Y viceversa, allí donde la tierra, el fuego, el agua y el viento se combinaban para crear esculturas, fueron surgiendo las ideas para la película”.
EL CINE DESDE LAS ARTES PLÁSTICAS
“Como resultado, –prosigue el texto curatorial de Dermis León–, el conjunto de obras que dieron lugar a la serie de exposiciones en torno a Sincronía, incorporaron otras visualidades expandidas hacia la video-instalación, la fotografía, la escultura, la escritura y el dibujo in situ”.
Caro Bloj, dirige la productora Mitos vivos, proyecto artístico que investiga cómo la geografía es escultora de identidad.
En su búsqueda Caro, además combina escultura cerámica, pintura, zapping, site-specific y cine. Es Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae, mención escultura y pintura, una artista nata, con estudios en Francia, posgrado en ICEI de la Universidad de Chile en Cine documental y talleres en la EICTV de Cuba. Comenta: "Me aproximo al cine desde el arte y eso es esencial, porque define la mirada".Desde un principio mezcla geografía y escultura con documental, como la obra “La espera desde el muelle”, –2007–. Trece figuras humanas a tamaño natural, realizadas en arcilla e instaladas al borde del muelle en Robinson Crusoe. Doce meses después, comenta Dermis León: “…en colaboración con una directora francesa, presenta la producción del documental, que toma su nombre del conjunto escultórico instalado en la isla. Posteriormente, profundiza en esa forma de documentar y dar vida material a sus personajes en otros proyectos, pero definitivamente, la Isla Robinson Crusoe sería el comienzo de su inspiración para proyectos y exploraciones de largo aliento. Sus intervenciones escultóricas en el espacio público, –prosigue Dermis León–, aparecen tempranamente dentro de los ciclos y series de obras documentales, conjuntamente con su interés en explorar otros medios como la imagen en movimiento. Este modo de operar –simbiótico y procesual–, cristaliza con el proyecto desarrollado en los fiordos australes de la Patagonia chilena, en Tortel, Aysén, durante 2010. Allí, concibe el conjunto escultórico Islas Húmedas, que consiste en retratos de personajes locales, realizando sus labores cotidianas, modelados en arcilla y emplazados como si salieran, literalmente del agua. Por mientras su ópera prima documental Respirar Helado, aparecido cuatro años después, capta la atmósfera de las interacciones entre la artista, la geografía y sus habitantes, durante la residencia para la producción de las obras".
La humanidad de dos nadadoras, que no se conocen entre sí, escenifican esta historia, develando el sentido de existencia en el agua, que les perdonó la vida más de una vez, como zona de temor, seguridad y confort.
Ilka Paulentz, hoy de 80 años, vive junto a la omnipresencia del mar y recuerda los 8.8 grados del 27F, que derivaron en un devastador tsunami en Robinson Crusoe.“La gente que ha visto la película me dice: siento el frío, mira lo gigantesco del espacio y cómo ella atraviesa esas aguas sin miedo, tal vez cuántas cosas le pasarán por su mente”.
LA ACUOSA VIDA EN LA TIERRA
Okey, abro los ojos y pongo play al viaje de Sincronía, un film que nos seduce y constriñe a aceptar que somos un pequeño fragmento de tierra en un planeta líquido, del que poco sabemos. El océano, este vital elemento que tiene la edad de la tierra y más, el germinal líquido salino que influye en el clima y es nuestro componente esencial. Le pregunto a Caro:
– El agua del planeta, inefable, profunda, comunica lo abismal de su potencia a través de las dos protagonistas?
– Sí, claro. Al mostrar a dos mujeres que nadan solas, te sientes pequeña. En ese sentido, creo que comunican lo abismal y gigantesco de este lugar a través de su pequeñez. Así como sucede en el universo, Ilka y Bárbara, que viven el agua, lo hacen como una partícula, una efímera parte de este gran universo abismal que es el mar, y lo viven desde el punto de vista de su humanidad. Somos tan pequeños ante el mar, que ellas sienten la vulnerabilidad al estar ahí, y lo viven de manera estoica y gozosa.
– ¿Es un espacio de pánico y disfrute?
– Sí, por lo abismal. Sin embargo, he llegado a disfrutarlo mucho. Ahora que estoy nadando, que me he descubierto nadadora después de toda esta experiencia, cuando nado aparece el diablito y el angelito en cada hombro, diciéndome qué maravilla esto, ¿y si no logro llegar a la orilla? En esos momentos sé, todas las inseguridades que se sienten en estos lugares tan intensos.
– Acerca de las protagonistas: ¿La soledad, en el sentido de estar en la profundidad de uno mismo, logran un cierto climax interior, un logro existencial personal?
– En el caso de Ilka, vive el mar desde el gozo. Bárbara es más sufriente porque es deportista y se exige para lograr objetivos. Ilka disfruta el mar abierto como una loba más, porque en tierra se complica y es algo hosca, pero en el agua se transforma completamente. Desplegada en el mar, se siente a sus anchas, ahí obtiene un climax interior. Ambas encuentran logros personales y existenciales, pero desde puntos de vista distintos. Se acercan a un refugio, a las dos el agua casi las mata, pero sobreviven y deciden estar ahí. La aproximación a este universo, en el caso de Ilka es por el placer claramente, incluso le canta al mar. Lo de Bárbara es más un desafío.
EL ÉXTASIS DEL LÍMITE
– ¿Por qué Bárbara hace lo que hace, a pesar de sentir cierto rechazo por su esfuerzo? ¿Qué sentido o misterios encontró?
– Ella, por lo que me explicó, no es que sienta rechazo, lo que le da miedo es que algún día el agua le provoque rechazo. Ella quiere nadar y disfrutarlo, sentir los colores, el lugar y todo. Ahora sabe que conlleva un gran sacrificio, que cualquier persona que entre a aguas gélidas sentirá que mil cuchillos le pinchan los huesos. Le he preguntado: ¿por qué haces algo que duele tanto? Y me ha respondido desde el punto de vista de los deportistas: todos los deportes implican dolor y sacrificio. No ve torturante el agua fría, pero sí siente el desafío y las ganas de probarse a sí misma. Es el único lugar que siente que no necesita nada más. Puede llevar a su pareja y a su familia adentro, para cuidarse a sí misma. Los lleva como en una cajita, para pensar en ellos cuando sienta miedo al nadar tanto tiempo o si le llegara a pasar algo.
- Con el magistral audio, las bellas imágenes, el insondable océano, ¿qué te planteaste como mecanismo interior para crear el arte de la película? ¿Cómo se conjugaron todos los elementos para hacerla?
– Me aproximo a las películas desde el arte. Sabía que el agua representa el bautismo, algo que marca. A partir de ese punto, uno siente este lugar como algo transformador, un refugio que te protege. Hay personas que lo encuentran en la música o subiendo una montaña, en la religión o escribiendo. A otros les pasa nadando. Yo quería explorar eso, porque me pasaba que cada vez que tenía una experiencia con el agua, me sentía distinta. Quería explorar la sincronía que uno siente, por eso se llama Sincronía la película, porque no te falta nada en ese lugar, como a Bárbara. Yo quería transmitir la mirada subjetiva que tienen las nadadoras en el agua. Ellas siempre se vuelcan para sumergirse, nadan con la cabeza abajo, entonces di vuelta mi cámara para seguirlas. Al revisar el material comprendí el vértigo que sentían y fue ahí donde empecé a realizar el tratamiento para transmitir esas sensaciones con el sonido.
- ¿Cómo fue la experiencia del sonido?
– Rubén Isaac hizo una maravillosa recreación del sonido imaginario del agua, y junto a la talentosa Nadine Voullieme hicieron el Diseño Sonoro en Aural. Gracias a Aural y a su premio otorgado en FEMCine, pudimos terminar la película con ese impulso final. Cuando les transmití lo que quería, que era sentir las ondas de las lobas que pasaban a mi lado, desplazándose raudas, produciendo un ruido, pero también emitiendo una onda, que no es solamente sonido, sino la onda de la corriente de agua que me tocaba. Efectivamente, el sonido es una onda, pero bajo el agua es también una sensación táctil.
Y también estuvo toda la experimentación con el acordeón realizada por Nadir Sigolo que entendió perfecto lo que estábamos buscando con Rubén, a la hora de hacer un acordeón sumergido, un acordeón ballena, un acordeón inspirado que respira. Su acordeón le dio todo el mood fuera de los lugares comunes para musicalizar estas aguas abiertas. Con toda esta mezcla de sonido inmersivo recibimos el premio a Best Sound Designing en el Festival Beyond Border de India.
DE MONTAÑA A MAR
– ¿Hubo un antes y un después en tu desarrollo profesional y en tu vida, luego de concluir la película?
– Sí, hubo varios antes y después. Te diría que a nivel de arte, hice video instalación, empecé a mezclar mis esculturas y la obra instalativa con video. Siento que esto de tirarme al agua a filmar, me llevó literalmente al agua. Porque si bien me encanta nadar, sin ser nadadora, mucha gente creyó que hice la película porque ahora estoy nadando, pero no fue así. El instinto creativo de la película fue porque necesitaba hacerla y eso me llevó a nadar. Tanto me influyó que después de terminarla, dejé mi casa en la cordillera y me vine a vivir a la playa, como una necesidad personal de estar cerca del mar. El antes y después fue un cambio de vida total, un cambio de montaña a mar.
- ¿Ser madre cineasta es muy difícil?
– Sí, porque siempre se dice que en el cine todo el mundo está separado, que no se puede ser artista si tienes familia. Y no es porque uno no quiera, sino porque el medio lo pone muy difícil para sostener esa situación. De hecho, si tú vas a un set de filmación, no hay lugar para los niños y los horarios son bien complejos con los que tienes que lidiar. Cuando iba a grabar con Borja, él pasaba delante de la cámara mientras filmaba a las protagonistas. Entonces, el apoyo de la pareja es fundamental. Sin embargo, a nivel de políticas públicas, debería haber mayor apoyo para las mujeres y los hombres que quieren tener familia y desarrollar su trabajo en este campo.
ME SUBÍ AL BARCO
– ¿Tuviste un plan antes de inventar la película, o fue naciendo sola, se hizo en el montaje? ¿Cómo se opera en lo emotivo y en lo técnico en una película como la tuya, de tanto aire, tiempo y espacio para meditar, reflexionar y pensar?
– La película Sincronía es de largo aliento, los primeros pasos empezaron como esculturas. Yo estaba embarazada de Borja e hice el primer nadador. Posteriormente, buscando a las protagonistas, salió el nado sincronizado, que está en la esencia inicial de este trabajo y en las video instalaciones. Para hacer la película, empecé a financiarla con mis esculturas de nadadores y me dije: quiero filmar en Robinson Crusoe. Una vez que vendí un par de esculturas, me subí al barco, pero me conseguí un camarógrafo solo por tres días, y yo tenía que investigar allá y estar mínimo tres semanas o un mes, por lo que era inviable. Me fui con mis cámaras y filmé todo. Claro, no tenía sonidista y eso fue todo un desafío a la hora de hacer el sonido posterior.
HUELE A PELIGRO
– ¿Qué metáfora, en lo personal, en lo íntimo, crees tú se desprende, por un lado para ti y por otro para el espectador?
– La metáfora para mí es que, en el fondo, existe un lugar que todos podemos encontrar, donde nos sentimos en sincronía con nosotros mismos, un lugar insospechado para los demás, pero que nos permite encontrarnos, a pesar de que puede ser peligroso. Siempre se dice, en zona de confort, encontré la sincronía conmigo misma, mientras te hacen un masajito de yoga, pero no, para otros, el lugar debe ser justamente súper intenso, al que debes tener mucho respeto. En un lugar que pareciera ser todo lo contrario a un refugio, puede generarse un espacio de contención, conexión, y eso me interesó explorar. Por eso lo hice sensorial e inmersivo, con dos historias mínimas, pero que reflejan la conexión de ellas con el agua. La metáfora para el espectador es, cómo las protagonistas han dado vuelta las circunstancias y les hace preguntarse dónde encuentro yo mi conexión, mi sincronía.
UN ACTO POÉTICO
– Bárbara en el Glaciar Grey se dice a sí misma: "...este es tu lugar, es lo tuyo, me está llamando, naciste para esto...". ¿Es la inexorable aceptación a dar la lucha diaria que todos debemos emprender? ¿Es la consciencia de enfrentarnos a lo que somos verdaderamente?
– Cuando uno tiene una pasión que no es comprendida, como el caso de Bárbara, se acerca mucho a lo que es un artista. A veces te preguntan, ¿por qué eres artista? Y uno no sabe si pudo escoger realmente, solo se hace. Claro, podría dedicarme a otra cosa, pero no me puedo llegar a imaginar eso, de la forma en la que me juego por hacer lo que hago. Eso le pasa a Bárbara, no podría estar en otro lugar que no sea nadando en aguas gélidas y lo tiene tan claro, que ha sido increíble lo que ha pasado con ella. Se ha vuelto una figura reconocida a nivel mundial. Independiente del deporte como tal, me parece casi un acto poético. Por eso, en la película quise mostrarla no solo desde lo deportivo, sino como un sacrificio casi mítico. Ella, como nadie, se sumerge frente a un glaciar, lo que para cualquiera sería quemarse en esas aguas gélidas, lo vive como un acto heroico del que sale victoriosa. Bárbara se enfrenta a lo que ella es verdaderamente, sin opacarse. Algo que para otros podría ser una locura y ser incomprendida, ella lo hace sola constantemente y eso lo entiendo, lo respeto y comparto, porque el arte es muy así también. Es el sacrificio por lo que uno lucha y eso tiene un costo vital, así como una tremenda gratificación.
– Ilka me hace reflexionar, que su existencia es un segundo en esas vastedades.
– Ella no es de la isla, llegó después, se sintió como una exploradora que descubrió la isla. Lo del tsunami lo cuenta como una aventura, presenció y sobrevivió a algo devastador y tiene la capacidad de sobrellevarlo con orgullo y a la vez con sencillez.
Es una mujer que ha podido con todo, aunque ahora está más viejita. Sin embargo, cuando empiezan los calores, va con sus gualetas, su máscara y se tira al agua al final del muelle, para nadar y recorrer el fondo. Si no se pudiese mantener abajo, esto me lo ha dicho ella, si se sintiera mal, si no lo disfrutara, sería el momento para colgar las gualetas y dejar de nadar. Hasta ahora no ha pasado, me contó recientemente que todavía sigue nadando, y espero que al momento de ir a mostrar la película a Robinson Crusoe, este verano, ella continúe indemne como buena nadadora, con las gualetas puestas hasta el final.
"Sincronía, Aguas abiertas". Exposición personal de Caro Bloj. Curadora: Dermis Leon. Lugar: Matucana 100. Inauguración: 28 de junio, 12.00 Hrs.Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes FONDART
El 2 de agosto, en Matucana 100, a las 12.00 Hrs., será presentado un libro con el resultado de todo el proceso de trabajo y producción de las obras y la película.
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